Efemérides Navales Argentinas
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3 de abril de 1982
Bautismo de fuego de la Primera Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros. En la toma de Grytviken (Georgias del Sur) un helicóptero Alouette al mando del teniente de navío D. Remo O. Busson, participa activamente en el desembarco de efectivos de la Infantería de Marina transportados en el buque polar Bahía Paraíso. Intervino en la acción bajo fuego enemigo.
3 de abril de 1963
Se producen enfrentamientos entre fuerzas del Ejército que estaban divididas en dos bandos: Azules y Colorados. La Armada apoya la acción del bando Colorado, que finalmente resultó derrotado en la lucha. El Regimiento de IM N° 1 atacó el emplazamiento de tanques del Ejército, en Magdalena, y aviones de la Fuerza Aérea Argentina bombardearon la Base Aeronaval Punta Indio.
Alférez José María Sobral el primer argentino que invernó en la Antártida
Alférez José María Sobral el primer argentino que invernó en la Antártida:
Curiosamente, este lunes, se cumple el aniversario de su nacimiento y también de su muerte. Sobral participó de una expedición sueca que se hizo a la Antártida y quedó por varios meses varado, soportando un penoso invierno, hasta que en noviembre fue rescatado junto al resto de los expedicionarios.
RIO GRANDE.- El alférez de Navío José María Sobral, fue el primer argentino que invernó en la Antártida Argentina, formando parte de la expedición polar del doctor Otto Nordenskjöld que quedó aislada en la Antártida durante dos años y que finalmente fue rescatada por la corbeta Uruguay en noviembre de 1903.
Mañana, curiosamente se cumple el aniversario de su nacimiento y también de su muerte. Sobral nació el 14 de abril de 1880 y su fallecimiento fue el mismo día del año 1961, cumpliendo sus 81 años.
José María Sobral fue elegido para integrar la expedición del doctor Nordenskjöld, la que fue apoyada por Argentina que le proveyó víveres y provisiones, a cambio de que admitieran que un representante del Gobierno nacional se sumara al grupo.
El Alférez actuó como observador meteorólogo, geodesta, efectuando además estudios de biología y reconocimiento geológico.
El 21 de diciembre de 1901 partió de Buenos Aires la expedición Antártica Sueca a bordo del «Antarctic». En Febrero de 1902, Nordenskjöld, Sobral y cuatro compañeros desembarcaron en la Isla Cerro Nevado (Snow Hill) donde armaron una casilla de madera prefabricada.
Allí permanecieron durante todo el invierno efectuando observaciones meteorológicas, estudios de magnetismo, trabajos de biología y reconocimientos geológicos. Entre las tareas desarrolladas, el grupo realizó una expedición hasta las proximidades del Circulo Polar Antártico.
Durante esta excursión los expedicionarios caminaron más de 600 kilómetros en territorios desconocidos para el hombre. Luego de un invierno de intenso trabajo, los hombres esperaban la llegada del Antarctic, buque que los llevaría de regreso. Sin embargo, el barco había sido atrapado por el hielo y naufragó en el mar de Weddell.
Luego de un penoso invierno, el 8 de Noviembre de ese año una misión argentina de salvamento dirigida por el teniente Julián Irízar, a bordo de la corbeta Uruguay rescató al contingente y lo llevó de regreso a Buenos Aires.
Fuente: El Sureño - Vía Foro Histarmar
Curiosamente, este lunes, se cumple el aniversario de su nacimiento y también de su muerte. Sobral participó de una expedición sueca que se hizo a la Antártida y quedó por varios meses varado, soportando un penoso invierno, hasta que en noviembre fue rescatado junto al resto de los expedicionarios.
RIO GRANDE.- El alférez de Navío José María Sobral, fue el primer argentino que invernó en la Antártida Argentina, formando parte de la expedición polar del doctor Otto Nordenskjöld que quedó aislada en la Antártida durante dos años y que finalmente fue rescatada por la corbeta Uruguay en noviembre de 1903.
Mañana, curiosamente se cumple el aniversario de su nacimiento y también de su muerte. Sobral nació el 14 de abril de 1880 y su fallecimiento fue el mismo día del año 1961, cumpliendo sus 81 años.
José María Sobral fue elegido para integrar la expedición del doctor Nordenskjöld, la que fue apoyada por Argentina que le proveyó víveres y provisiones, a cambio de que admitieran que un representante del Gobierno nacional se sumara al grupo.
El Alférez actuó como observador meteorólogo, geodesta, efectuando además estudios de biología y reconocimiento geológico.
El 21 de diciembre de 1901 partió de Buenos Aires la expedición Antártica Sueca a bordo del «Antarctic». En Febrero de 1902, Nordenskjöld, Sobral y cuatro compañeros desembarcaron en la Isla Cerro Nevado (Snow Hill) donde armaron una casilla de madera prefabricada.
Allí permanecieron durante todo el invierno efectuando observaciones meteorológicas, estudios de magnetismo, trabajos de biología y reconocimientos geológicos. Entre las tareas desarrolladas, el grupo realizó una expedición hasta las proximidades del Circulo Polar Antártico.
Durante esta excursión los expedicionarios caminaron más de 600 kilómetros en territorios desconocidos para el hombre. Luego de un invierno de intenso trabajo, los hombres esperaban la llegada del Antarctic, buque que los llevaría de regreso. Sin embargo, el barco había sido atrapado por el hielo y naufragó en el mar de Weddell.
Luego de un penoso invierno, el 8 de Noviembre de ese año una misión argentina de salvamento dirigida por el teniente Julián Irízar, a bordo de la corbeta Uruguay rescató al contingente y lo llevó de regreso a Buenos Aires.
Fuente: El Sureño - Vía Foro Histarmar
Última edición por martin_otero el Lun 14 Abr 2008, 12:25 pm, editado 1 vez
Hoy se conmemora el nacimiento y fallecimiento del alférez José María Sobral
Hoy, 14 de abril, se recuerda el nacimiento y el fallecimiento del alférez de marina José María Sobral, quien se convirtiera en el primer argentino que invernó en el continente antártico, y permaneció en esas gélidas latitudes durante dos años consecutivos.
Nació en Gualeguaychú, provincia de Entre Ríos, el 14 de abril de 1880, y su casa natal se conserva aún en la calle San Martín 633; y falleció el 14 de abril de 1961, en la Ciudad de Buenos Aires.
Es una curiosa coincidencia que signó su destino, el nacer y, después de 81 años, morir en la misma fecha, 14 de abril, cuando se conmemora el Día de las Américas.
Era hijo del escribano Enrique Sobral y de la señora Maria Luisa Iturrioz, fue el mayor de una familia de ocho hermanos. En el año 1895 ingresó en la Escuela Naval y egresó como Guardiamarina en agosto de 1898, y efectuó el primer viaje de instrucción en la fragata Sarmiento, que duró 22 meses entre 1899 y 1900.
Entre 1901 y 1903 participó en la expedición polar del científico sueco Otto Nordenskjöld, que quedó aislada en la Antártida durante dos años y que finalmente fue rescatada por la corbeta Uruguay, al mando del entonces Teniente Julián Irízar, en noviembre de 1903.
En el año 1904 pidió la baja de la Armada y viajó a Suecia para estudiar geología en la universidad de Upsala, donde se doctoró en el año 1913. El 6 de septiembre de 1906 se casó con Elna Klingström, con quien tuvo nueve hijos, cuatro suecos y cinco argentinos.
En 1914 regresó al país, como el primer geólogo argentino con título universitario y el mejor petrólogo a nivel mundial de su época. En ese sentido, ingresó en la Dirección General de Minas e Hidrografía donde llegó a ser Director General en el año 1924. En 1930 fue nombrado Cónsul General en Noruega, y a fines de 1931 ingresó como geólogo en Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), donde se jubiló en 1935.
Desde entonces, y hasta su muerte en el año 1961, continuó recorriendo el país haciendo estudios geológicos y dando conferencias sobre esos temas.
En todos esos años no olvidó la Antártida, sobre la cual siguió investigando y en sus conferencias, al respecto, siempre sostuvo la necesidad de su ocupación pacífica, tanto del continente antártico como de los archipiélagos subantárticos.
Fue autor de importantes libros, entre ellos "El Futuro de Nuestra Armada", "Problemas de los Andes Australes", "Sobre Cambios Geográficos", "La Frontera Argentino-Chilena en el Canal de Beagle" y "Dos años entre los hielos"; esta última obra la concluyó con estas palabras: "El hombre nunca debe contentarse con la victoria adquirida; el éxito no solo no debe ofuscarle sino que debe darle nuevo aliento para atacar lo más difícil, porque precisamente en eso se encuentra el placer de la vida."
La doble invernada antártica del alférez Sobral con la expedición de Nordenskjöld
Sin lugar a dudas, la Expedición Antártica de Nordenskjöld, de que la participara el marino argentino, fue la que le permitió trascender a lo largo del tiempo, por todo lo que significó el pasar dos inviernos en un lugar poco explorado y con condiciones de vida extrema.
Esta expedición había sido planeada originalmente como un viaje de investigación científica, la cual, además de cumplir con su objetivo, se convirtió en una inesperada aventura.
Los Congresos Geográficos Internacionales de Londres (1895) y Berlín (1899) estimularon la realización de una gran expedición internacional a la Antártida. En ese marco, Argentina se encargaría de la instalación de un observatorio magnético y meteorológico en la Tierra del Fuego para apoyo de la expedición antártica internacional.
El geólogo sueco y experto polar Otto Nordenskjöld organizó una expedición particular para investigación en la península antártica.
La expedición de Nordenskjöld fue apoyada por Argentina, que le proveyó víveres y provisiones a cambio de que admitieran que un representante del Gobierno Nacional se sumara al grupo a instancias del perito Francisco Moreno.
El elegido fue José María Sobral, un joven miembro de la Armada que actuaría como observador meteorólogo, geodesta, efectuando además estudios de biología y reconocimiento geológico.
El 21 de diciembre de 1901 parte de Buenos Aires la Expedición Antártica Sueca a bordo del "Antarctic".
En Febrero de 1902, Nordenskjöld, Sobral y cuatro compañeros desembarcaron en la Isla Cerro Nevado (Snow Hill) donde armaron una casilla de madera prefabricada en Suecia.
Allí permanecieron durante todo el invierno efectuando observaciones meteorológicas, estudios de magnetismo, trabajos de biología y reconocimientos geológicos. Entre las tareas desarrolladas, el grupo realizó una expedición hasta las proximidades del Circulo Polar Antártico.
Durante esta excursión, los expedicionarios caminaron más de 600 kilómetros en territorios desconocidos para el hombre. Luego de un invierno de intenso trabajo, los hombres esperaban la llegada del "Antarctic", buque que los llevaría de regreso. Sin embargo, el barco había sido atrapado por el hielo cuando navegaba para buscar a los invernantes a principios de 1903, y naufragó en el mar de Weddell.
El capitán Carl Larsen y 19 miembros de la tripulación buscaron refugio en la Isla de Paulet, donde construyeron una pequeña cabaña de piedra.
En los días previos al naufragio, el segundo jefe de la expedición había desembarcado junto con otros dos hombres para intentar llegar hasta la cabaña desplazándose sobre el mar congelado. Una franja de mar abierto impidió el avance de este grupo, así que ellos también debieron improvisar un albergue para sobrevivir en el sitio que hoy se llama Bahía Esperanza.
Sorpresivamente, los integrantes de la primera expedición sueca a la Antártida quedaron divididos en tres grupos sin comunicaciones, con muy escasas herramientas y limitadísimas provisiones. Luego de un penoso invierno, el 8 de Noviembre de 1903 una misión argentina de salvamento, dirigida por el teniente Julián Irízar a bordo de la corbeta Uruguay, rescató al contingente y lo llevó de regreso a Buenos Aires.
Fuente: El díario del Fin del Mundo - Vía Foro Histarmar
Nació en Gualeguaychú, provincia de Entre Ríos, el 14 de abril de 1880, y su casa natal se conserva aún en la calle San Martín 633; y falleció el 14 de abril de 1961, en la Ciudad de Buenos Aires.
Es una curiosa coincidencia que signó su destino, el nacer y, después de 81 años, morir en la misma fecha, 14 de abril, cuando se conmemora el Día de las Américas.
Era hijo del escribano Enrique Sobral y de la señora Maria Luisa Iturrioz, fue el mayor de una familia de ocho hermanos. En el año 1895 ingresó en la Escuela Naval y egresó como Guardiamarina en agosto de 1898, y efectuó el primer viaje de instrucción en la fragata Sarmiento, que duró 22 meses entre 1899 y 1900.
Entre 1901 y 1903 participó en la expedición polar del científico sueco Otto Nordenskjöld, que quedó aislada en la Antártida durante dos años y que finalmente fue rescatada por la corbeta Uruguay, al mando del entonces Teniente Julián Irízar, en noviembre de 1903.
En el año 1904 pidió la baja de la Armada y viajó a Suecia para estudiar geología en la universidad de Upsala, donde se doctoró en el año 1913. El 6 de septiembre de 1906 se casó con Elna Klingström, con quien tuvo nueve hijos, cuatro suecos y cinco argentinos.
En 1914 regresó al país, como el primer geólogo argentino con título universitario y el mejor petrólogo a nivel mundial de su época. En ese sentido, ingresó en la Dirección General de Minas e Hidrografía donde llegó a ser Director General en el año 1924. En 1930 fue nombrado Cónsul General en Noruega, y a fines de 1931 ingresó como geólogo en Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), donde se jubiló en 1935.
Desde entonces, y hasta su muerte en el año 1961, continuó recorriendo el país haciendo estudios geológicos y dando conferencias sobre esos temas.
En todos esos años no olvidó la Antártida, sobre la cual siguió investigando y en sus conferencias, al respecto, siempre sostuvo la necesidad de su ocupación pacífica, tanto del continente antártico como de los archipiélagos subantárticos.
Fue autor de importantes libros, entre ellos "El Futuro de Nuestra Armada", "Problemas de los Andes Australes", "Sobre Cambios Geográficos", "La Frontera Argentino-Chilena en el Canal de Beagle" y "Dos años entre los hielos"; esta última obra la concluyó con estas palabras: "El hombre nunca debe contentarse con la victoria adquirida; el éxito no solo no debe ofuscarle sino que debe darle nuevo aliento para atacar lo más difícil, porque precisamente en eso se encuentra el placer de la vida."
La doble invernada antártica del alférez Sobral con la expedición de Nordenskjöld
Sin lugar a dudas, la Expedición Antártica de Nordenskjöld, de que la participara el marino argentino, fue la que le permitió trascender a lo largo del tiempo, por todo lo que significó el pasar dos inviernos en un lugar poco explorado y con condiciones de vida extrema.
Esta expedición había sido planeada originalmente como un viaje de investigación científica, la cual, además de cumplir con su objetivo, se convirtió en una inesperada aventura.
Los Congresos Geográficos Internacionales de Londres (1895) y Berlín (1899) estimularon la realización de una gran expedición internacional a la Antártida. En ese marco, Argentina se encargaría de la instalación de un observatorio magnético y meteorológico en la Tierra del Fuego para apoyo de la expedición antártica internacional.
El geólogo sueco y experto polar Otto Nordenskjöld organizó una expedición particular para investigación en la península antártica.
La expedición de Nordenskjöld fue apoyada por Argentina, que le proveyó víveres y provisiones a cambio de que admitieran que un representante del Gobierno Nacional se sumara al grupo a instancias del perito Francisco Moreno.
El elegido fue José María Sobral, un joven miembro de la Armada que actuaría como observador meteorólogo, geodesta, efectuando además estudios de biología y reconocimiento geológico.
El 21 de diciembre de 1901 parte de Buenos Aires la Expedición Antártica Sueca a bordo del "Antarctic".
En Febrero de 1902, Nordenskjöld, Sobral y cuatro compañeros desembarcaron en la Isla Cerro Nevado (Snow Hill) donde armaron una casilla de madera prefabricada en Suecia.
Allí permanecieron durante todo el invierno efectuando observaciones meteorológicas, estudios de magnetismo, trabajos de biología y reconocimientos geológicos. Entre las tareas desarrolladas, el grupo realizó una expedición hasta las proximidades del Circulo Polar Antártico.
Durante esta excursión, los expedicionarios caminaron más de 600 kilómetros en territorios desconocidos para el hombre. Luego de un invierno de intenso trabajo, los hombres esperaban la llegada del "Antarctic", buque que los llevaría de regreso. Sin embargo, el barco había sido atrapado por el hielo cuando navegaba para buscar a los invernantes a principios de 1903, y naufragó en el mar de Weddell.
El capitán Carl Larsen y 19 miembros de la tripulación buscaron refugio en la Isla de Paulet, donde construyeron una pequeña cabaña de piedra.
En los días previos al naufragio, el segundo jefe de la expedición había desembarcado junto con otros dos hombres para intentar llegar hasta la cabaña desplazándose sobre el mar congelado. Una franja de mar abierto impidió el avance de este grupo, así que ellos también debieron improvisar un albergue para sobrevivir en el sitio que hoy se llama Bahía Esperanza.
Sorpresivamente, los integrantes de la primera expedición sueca a la Antártida quedaron divididos en tres grupos sin comunicaciones, con muy escasas herramientas y limitadísimas provisiones. Luego de un penoso invierno, el 8 de Noviembre de 1903 una misión argentina de salvamento, dirigida por el teniente Julián Irízar a bordo de la corbeta Uruguay, rescató al contingente y lo llevó de regreso a Buenos Aires.
Fuente: El díario del Fin del Mundo - Vía Foro Histarmar
El combate de Montevideo
Mayo de 1814
16-5-2008 | La victoria dejó sin sostén logístico a 20.000 soldados españoles, frenó la injerencia lusitana en territorio rioplatense y convirtió al río de la Plata en una vía de provisión de recursos para la Revolución. La importancia de una batalla.
Brown frente a Montevideo, según un grabado del artista uruguayo Diógenes Hequet (1866-1902)
El Ejército Argentino a órdenes del general Rondeau sitió Montevideo desde octubre de 1812, pero dos años más tarde seguía resistiendo el asedio por el continuo flujo de aprovisionamientos que recibían por el puerto.
La estrategia naval fue cortar con es suministro. Entonces, el almirante Brown zarpó con de nueve naves armadas con 147 cañones decidido a enfrentar a los españoles, que zarparon de Montevideo el 14 de mayo a bordo de 11 buques con 155 cañones, para hacer frente a las naves argentinas.
El plan de Brown fue simular que se retiraba mar afuera para que los realistas fueran en su persecución, luego cambiar de rumbo para interponerse entre la fuerza española y Montevideo y por último presentar batalla.
El triunfo de la escuadra nacional cortó con el poder naval español sobre el río, que había comenzado tres siglos antes. La batalla que entabló Brown hizo posible la caída de la plaza de Montevideo en poder de las fuerzas argentinas. El 23 de junio de 1814, Alvear tomó posesión de la ciudad por tierra.
Las acciones se sucedieron entre los días 15 y 17. Este último día, la fragata "Hércules", buque insignia del almirante, penetró en aguas de Montevideo persiguiendo a los buques enemigos. Dos de ellos buscaron refugio al amparo de la Fortaleza del Cerro y otras tres naves se ubicaron bajo los muros de la ciudad.
La fuerza naval española abandonó la lucha y Brown impuso desde entonces un cerrado bloqueo a aquel puerto que derivó en la rendición de la plaza de Montevideo, el 23 de junio de 1814, a manos del Ejército Argentino a órdenes del general Carlos María de Alvear.
Buenos Aires conoció la buena nueva por intermedio del teniente Lázaro Roncayo, oficial de la sumaca "Itatí" que Brown comisionó para enviar el parte.
El pueblo manifestó su profundo júbilo llevando al marino de la escuadra vencedora en andas hasta el fuerte.
Tras la victoria de Montevideo y una vez consolidada la independencia en 1816, la Armada Argentina comenzó a desarrollar su misión.
La Hércules y la Trinidad zarpando de la rada exterior, según un óleo del marino y artista argentino Emilio Biggeri (1907-1977).
Fuente: Gaceta Marinera
16-5-2008 | La victoria dejó sin sostén logístico a 20.000 soldados españoles, frenó la injerencia lusitana en territorio rioplatense y convirtió al río de la Plata en una vía de provisión de recursos para la Revolución. La importancia de una batalla.
Brown frente a Montevideo, según un grabado del artista uruguayo Diógenes Hequet (1866-1902)
El Ejército Argentino a órdenes del general Rondeau sitió Montevideo desde octubre de 1812, pero dos años más tarde seguía resistiendo el asedio por el continuo flujo de aprovisionamientos que recibían por el puerto.
La estrategia naval fue cortar con es suministro. Entonces, el almirante Brown zarpó con de nueve naves armadas con 147 cañones decidido a enfrentar a los españoles, que zarparon de Montevideo el 14 de mayo a bordo de 11 buques con 155 cañones, para hacer frente a las naves argentinas.
El plan de Brown fue simular que se retiraba mar afuera para que los realistas fueran en su persecución, luego cambiar de rumbo para interponerse entre la fuerza española y Montevideo y por último presentar batalla.
El triunfo de la escuadra nacional cortó con el poder naval español sobre el río, que había comenzado tres siglos antes. La batalla que entabló Brown hizo posible la caída de la plaza de Montevideo en poder de las fuerzas argentinas. El 23 de junio de 1814, Alvear tomó posesión de la ciudad por tierra.
Las acciones se sucedieron entre los días 15 y 17. Este último día, la fragata "Hércules", buque insignia del almirante, penetró en aguas de Montevideo persiguiendo a los buques enemigos. Dos de ellos buscaron refugio al amparo de la Fortaleza del Cerro y otras tres naves se ubicaron bajo los muros de la ciudad.
La fuerza naval española abandonó la lucha y Brown impuso desde entonces un cerrado bloqueo a aquel puerto que derivó en la rendición de la plaza de Montevideo, el 23 de junio de 1814, a manos del Ejército Argentino a órdenes del general Carlos María de Alvear.
Buenos Aires conoció la buena nueva por intermedio del teniente Lázaro Roncayo, oficial de la sumaca "Itatí" que Brown comisionó para enviar el parte.
El pueblo manifestó su profundo júbilo llevando al marino de la escuadra vencedora en andas hasta el fuerte.
Tras la victoria de Montevideo y una vez consolidada la independencia en 1816, la Armada Argentina comenzó a desarrollar su misión.
La Hércules y la Trinidad zarpando de la rada exterior, según un óleo del marino y artista argentino Emilio Biggeri (1907-1977).
Fuente: Gaceta Marinera
DIA DE LA ARMADA ARGENTINA
1814 -17 DE MAYO- 2008
DIA DE LA ARMADA ARGENTINA
194 ANIVERSARIO DE LA BATALLA NAVAL DE MONTEVIDEO
" ... que el mar encierra para la Nación Argentina los más vitales problemas, que el mar será el vehículo y el sostén de su fortuna y de su gloria."
Almirante Segundo R. Storni (Conferencia - 1916)
Por: Oscar Filippi
La situación previa
Ni bien la Primera Junta de Gobierno Patrio consolidó nuestra idea libertaria, comprendió también la importancia urgente de dominar las aguas del Plata. Las fuerzas realistas españolas con base en Montevideo nos tenían prácticamente bloqueados, su fuerza naval amenazaba el tráfico comercial del vital e incipiente puerto de Buenos Aires y sus cañones representaban una permanente amenaza para la Gran Aldea. Paradójicamente, sería a través de un diputado de "tierra adentro", ese gran salteño llamado Francisco de Gurruchaga, que nuestro recién nacido gobierno patrio se dio a la tarea de crear nuestra primera fuerza naval. Como sería luego, una constante en nuestra historia, con más entusiasmo que elementos crearían nuestra primera escuadrilla naval, heterogénea y débil pero plena de patriotismo y coraje. La componían tres naves, el bergantín goleta "La Invencible", el bergantín "25 de Mayo" y la balandra "Americana". Fuerza que sería puesta al mando del Teniente Coronel Juan Bautista Azopardo.-
El 2 de marzo de 1811 nuestras naves, tripuladas con unos pocos curtidos e intrépidos marinos, directores ocasionales de una heterogénea e inhábil dotación, tendría su bautismo de fuego en el Combate de San Nicolás de los Arroyos. Se enfrentaron a una fuerza naval española de cuatro navíos que embarcaban 28 cañones, comandada por el experimentado y valiente capitán de fragata Jacinto de Romarate y tripuladas por graduados marinos de carrera, recibidos en aulas y adiestrados en el mar con tripulaciones veteranas.-
La escuadrilla argentina fue totalmente derrotada, "La Invencible" comandada por el valiente Azopardo, sostuvo el honor del pabellón hasta que solo un 25 por ciento de su tripulación no estaba herida o muerta.-
La segunda gran tentativa de obtener el dominio del Río de la Plata se iba a realizar con mejor fortuna.-
La férrea determinación patriótica superaba cualquier derrota, el 27 de febrero de 1812, el General Manuel Belgrano nos legaba el Pabellón Nacional al inaugurar las baterías de defensa fluvial, "Libertad" e "Independencia". A partir de ese día comenzamos a tener al mismo cielo por bandera. Celeste y Blanco, los colores de la causa que quería convertirse en PATRIA.-
El año de 1813 se inició pródigo en hechos memorables. Como consecuencia de la revolución de octubre de 1812 surgió el Segundo Triunvirato, formado por Juan José Paso, Nicolás Rodríguez Peña y Antonio Alvarez Jonte. La suerte de las armas de la Patria era venturosa. El 3 de febrero, el General José de San Martín al frente de sus Granaderos a caballo había vencido a los realistas en el memorable Combate de San Lorenzo. El 20 de ese mismo mes, el General Manuel Belgrano nos regalaba el júbilo de sabernos victoriosos en la Batalla de Salta. Más estos triunfos serían barridos por la fatalidad. Hacia fines de 1813, el panorama revolucionario se había ensombrecido notablemente. En Europa, España expulsaba a las huestes napoleónicas. En hispanoamérica la reacción realista triunfaba en México, Nueva Granada y Chile. En el Alto Perú nuestras fuerzas eran vencidas en Vilcapugio y Ayohuma y frente a Buenos Aires, Montevideo se erguía como bastión inexpugnable, cercada por tierra, pero abastecida por el río, era la futura base de operaciones que amenazaba con aplastar la revolución de mayo de 1810. Buenos Aires era la única ciudad en la que aún ardía la llama de la libertad.-
Creación de la Escuadra
Con la influencia de Alvear, el entusiasmo patriótico y la dinámica actividad de Larrea, los fondos aportados y la propia financiación de White, que aunque estuviera haciendo un negocio, confiaba y daba su apoyo a la causa revolucionaria y el consejo profesional del Almirante Guillermo Brown, ese gran argentino que supo nacer en aquella población de Foxford, coincidentemente del condado de Mayo, de la pequeña y remota Irlanda, se conseguiría realizar un pequeño pero significativo milagro. Dos viejos mercantes y sumacas de cabotaje fluvial, armados con cañones comprados o extraídos de los arsenales de la patria, ya raleados de inventario por su veteranía, formaron una escuadra naval respetable compuesta por la fragata "Hércules", la corbeta "Céfiro", el bergantín "Nancy" y la goleta "Julieta", apoyados por buques menores. Luego le seguirían la "Belfast" y la "Agrable" la "Itatí" y la "Halcón", que se convertirían todas, en nombres gloriosos de proas argentinas.-
Primera victoria, Martín García
En dos meses se había armado la escuadrilla, en dos meses se había logrado alistar las tripulaciones y teníamos un jefe capaz de llevarla a la victoria. La difícil decisión de elegir a Guillermo Brown, había recaído en el Director Supremo de las Provincias Unidas, Gervasio Antonio Posadas. Con mérito a ese honorable cargo se encontraban también, el norteamericano Benjamín Franklin Seaver, comandante de la goleta "Julieta" y D. Estanislao Courrande, quien desde 1803, hostilizaba el comercio inglés con acciones corsarias.-
La decisión del Director Posadas, molestó vivamente a Seaver, no obstante las diferencias, zarparía siguiendo el gallardete del Almirante Guillermo Brown que flameaba en la "Hércules".-
No había tiempo para prácticas ni maniobras previas, el capitán de fragata Jacinto de Romarate, vencedor de San Nicolás (1811), esperaba con la escuadra realista en fuerte y bien elegida posición frente a la Isla Martín García, la artillería de esa plaza fuerte reforzaban los cañones de su escuadra. Del 10 al 15 de marzo de 1817, comenzaba a jugarse el destino de la revolución de mayo. La batalla naval se libró entre el 10 y el 11 de marzo, fue el combate más aguerrido e importante de toda la campaña. Desde el punto de vista militar, fue un triunfo realista. El fuego de artillería de la Isla y la posición de los buques de Romarate, hacen encallar a la "Hércules". Nuestra nave capitana se bate heroicamente, más de cien rumbos en su casco y el 25 por ciento de su tripulación caída. Pese a las diferencias previas, Seaver ataca resuelto con la goleta "Julieta" en ayuda de Brown, en la acción el valiente norteamericano entrega su vida, la "Hércules" de Brown zafa de su varadura. Los servicios de Benjamín Seaver a la causa patriótica fueron breves pero en un nivel sublime de caballerosidad y heroísmo.-
Pese al revés inicial, nuestro gran almirante no se amilana, no se retira ni vuelve a puerto. Reorganiza la escuadra, refuerza las tripulaciones y el día 14 ordena el desembarco para tomar la Isla Martín García.-
El teniente Pedro Orona, porteño, con mayoría de gente criolla, desembarca y toma la plaza fuerte de la Isla volviendo los cañones contra la escuadra española. Romarate debe huir remontando el Río Uruguay. Guillermo Brown y nuestra escuadra, quedan vencedores.-
Creyendo a Romarate sin municiones, Brown ordena perseguir al marino español. El día 28 de marzo pagaríamos caro nuestra falta de experiencia. En el Arroyo de la China, en un ataque a "quemarropa", con valor y decisión, Nother, Smith y Ceretti caen víctimas de su audacia. El griego Spiro muere haciendo volar la santabárbara de la "Cármen" para que no caiga en manos realistas. Jorge y Rosales nacen en la historia naval con sus juventudes heroicas. La sangre patriota es la tinta que escribe la historia.-
17 de mayo de 1814 - Batalla de Montevideo
El Almirante Guillermo Brown había logrado separar al mejor jefe español del grueso de su escuadra en Montevideo, Jacinto de Romarate no podía bajar el Río Uruguay. No obstante, las fuerzas navales son equivalentes. Entre ambas unos 300 cañones. Nunca hubo tanta artillería reunida en nuestras guerras de independencia. El combate se convertiría en una persecución. Brown sigue tenazmente a los realistas.-
El 16 de mayo alcanza y toma tres de las naves mayores españolas frente al Buceo. Persigue al resto y toma otra nave realista, otras dos encallan y son destruídas por su tripulación, una esquirla de metralla quiebra una pierna al Almirante Brown, se hace atender en cubierta y sigue ordenando el combate. Ya en la mañana del 17 la victoria parece completa, la nave insignia española, la "Mercurio" busca la protección de los cañones del Puerto de Montevideo.-
Ahora Montevideo quedaba sitiada por completo. Cuatro años de sitio terrestre han sido vanos. Tan solo un mes de cerco por tierra y mar provocarían su caída. La Batalla naval de Montevideo fue la causa principal.-
Esta campaña naval, fue uno de los hechos más importantes de la Revolución de Mayo. A partir de aquel 17 de mayo de 1814, tanto el Atlántico Sur, como el Océano Pacífico se abrían libres a nuestros buques. El camino de Los Andes y la Libertad de América estaban a partir de ese momento en manos del General José de San Martín.-
Almirante Brown
Combate de Montevideo
Fragata "Hércules"
Combate de San Lorenzo
DIA DE LA ARMADA ARGENTINA
194 ANIVERSARIO DE LA BATALLA NAVAL DE MONTEVIDEO
" ... que el mar encierra para la Nación Argentina los más vitales problemas, que el mar será el vehículo y el sostén de su fortuna y de su gloria."
Almirante Segundo R. Storni (Conferencia - 1916)
Por: Oscar Filippi
La situación previa
Ni bien la Primera Junta de Gobierno Patrio consolidó nuestra idea libertaria, comprendió también la importancia urgente de dominar las aguas del Plata. Las fuerzas realistas españolas con base en Montevideo nos tenían prácticamente bloqueados, su fuerza naval amenazaba el tráfico comercial del vital e incipiente puerto de Buenos Aires y sus cañones representaban una permanente amenaza para la Gran Aldea. Paradójicamente, sería a través de un diputado de "tierra adentro", ese gran salteño llamado Francisco de Gurruchaga, que nuestro recién nacido gobierno patrio se dio a la tarea de crear nuestra primera fuerza naval. Como sería luego, una constante en nuestra historia, con más entusiasmo que elementos crearían nuestra primera escuadrilla naval, heterogénea y débil pero plena de patriotismo y coraje. La componían tres naves, el bergantín goleta "La Invencible", el bergantín "25 de Mayo" y la balandra "Americana". Fuerza que sería puesta al mando del Teniente Coronel Juan Bautista Azopardo.-
El 2 de marzo de 1811 nuestras naves, tripuladas con unos pocos curtidos e intrépidos marinos, directores ocasionales de una heterogénea e inhábil dotación, tendría su bautismo de fuego en el Combate de San Nicolás de los Arroyos. Se enfrentaron a una fuerza naval española de cuatro navíos que embarcaban 28 cañones, comandada por el experimentado y valiente capitán de fragata Jacinto de Romarate y tripuladas por graduados marinos de carrera, recibidos en aulas y adiestrados en el mar con tripulaciones veteranas.-
La escuadrilla argentina fue totalmente derrotada, "La Invencible" comandada por el valiente Azopardo, sostuvo el honor del pabellón hasta que solo un 25 por ciento de su tripulación no estaba herida o muerta.-
La segunda gran tentativa de obtener el dominio del Río de la Plata se iba a realizar con mejor fortuna.-
La férrea determinación patriótica superaba cualquier derrota, el 27 de febrero de 1812, el General Manuel Belgrano nos legaba el Pabellón Nacional al inaugurar las baterías de defensa fluvial, "Libertad" e "Independencia". A partir de ese día comenzamos a tener al mismo cielo por bandera. Celeste y Blanco, los colores de la causa que quería convertirse en PATRIA.-
El año de 1813 se inició pródigo en hechos memorables. Como consecuencia de la revolución de octubre de 1812 surgió el Segundo Triunvirato, formado por Juan José Paso, Nicolás Rodríguez Peña y Antonio Alvarez Jonte. La suerte de las armas de la Patria era venturosa. El 3 de febrero, el General José de San Martín al frente de sus Granaderos a caballo había vencido a los realistas en el memorable Combate de San Lorenzo. El 20 de ese mismo mes, el General Manuel Belgrano nos regalaba el júbilo de sabernos victoriosos en la Batalla de Salta. Más estos triunfos serían barridos por la fatalidad. Hacia fines de 1813, el panorama revolucionario se había ensombrecido notablemente. En Europa, España expulsaba a las huestes napoleónicas. En hispanoamérica la reacción realista triunfaba en México, Nueva Granada y Chile. En el Alto Perú nuestras fuerzas eran vencidas en Vilcapugio y Ayohuma y frente a Buenos Aires, Montevideo se erguía como bastión inexpugnable, cercada por tierra, pero abastecida por el río, era la futura base de operaciones que amenazaba con aplastar la revolución de mayo de 1810. Buenos Aires era la única ciudad en la que aún ardía la llama de la libertad.-
Creación de la Escuadra
Con la influencia de Alvear, el entusiasmo patriótico y la dinámica actividad de Larrea, los fondos aportados y la propia financiación de White, que aunque estuviera haciendo un negocio, confiaba y daba su apoyo a la causa revolucionaria y el consejo profesional del Almirante Guillermo Brown, ese gran argentino que supo nacer en aquella población de Foxford, coincidentemente del condado de Mayo, de la pequeña y remota Irlanda, se conseguiría realizar un pequeño pero significativo milagro. Dos viejos mercantes y sumacas de cabotaje fluvial, armados con cañones comprados o extraídos de los arsenales de la patria, ya raleados de inventario por su veteranía, formaron una escuadra naval respetable compuesta por la fragata "Hércules", la corbeta "Céfiro", el bergantín "Nancy" y la goleta "Julieta", apoyados por buques menores. Luego le seguirían la "Belfast" y la "Agrable" la "Itatí" y la "Halcón", que se convertirían todas, en nombres gloriosos de proas argentinas.-
Primera victoria, Martín García
En dos meses se había armado la escuadrilla, en dos meses se había logrado alistar las tripulaciones y teníamos un jefe capaz de llevarla a la victoria. La difícil decisión de elegir a Guillermo Brown, había recaído en el Director Supremo de las Provincias Unidas, Gervasio Antonio Posadas. Con mérito a ese honorable cargo se encontraban también, el norteamericano Benjamín Franklin Seaver, comandante de la goleta "Julieta" y D. Estanislao Courrande, quien desde 1803, hostilizaba el comercio inglés con acciones corsarias.-
La decisión del Director Posadas, molestó vivamente a Seaver, no obstante las diferencias, zarparía siguiendo el gallardete del Almirante Guillermo Brown que flameaba en la "Hércules".-
No había tiempo para prácticas ni maniobras previas, el capitán de fragata Jacinto de Romarate, vencedor de San Nicolás (1811), esperaba con la escuadra realista en fuerte y bien elegida posición frente a la Isla Martín García, la artillería de esa plaza fuerte reforzaban los cañones de su escuadra. Del 10 al 15 de marzo de 1817, comenzaba a jugarse el destino de la revolución de mayo. La batalla naval se libró entre el 10 y el 11 de marzo, fue el combate más aguerrido e importante de toda la campaña. Desde el punto de vista militar, fue un triunfo realista. El fuego de artillería de la Isla y la posición de los buques de Romarate, hacen encallar a la "Hércules". Nuestra nave capitana se bate heroicamente, más de cien rumbos en su casco y el 25 por ciento de su tripulación caída. Pese a las diferencias previas, Seaver ataca resuelto con la goleta "Julieta" en ayuda de Brown, en la acción el valiente norteamericano entrega su vida, la "Hércules" de Brown zafa de su varadura. Los servicios de Benjamín Seaver a la causa patriótica fueron breves pero en un nivel sublime de caballerosidad y heroísmo.-
Pese al revés inicial, nuestro gran almirante no se amilana, no se retira ni vuelve a puerto. Reorganiza la escuadra, refuerza las tripulaciones y el día 14 ordena el desembarco para tomar la Isla Martín García.-
El teniente Pedro Orona, porteño, con mayoría de gente criolla, desembarca y toma la plaza fuerte de la Isla volviendo los cañones contra la escuadra española. Romarate debe huir remontando el Río Uruguay. Guillermo Brown y nuestra escuadra, quedan vencedores.-
Creyendo a Romarate sin municiones, Brown ordena perseguir al marino español. El día 28 de marzo pagaríamos caro nuestra falta de experiencia. En el Arroyo de la China, en un ataque a "quemarropa", con valor y decisión, Nother, Smith y Ceretti caen víctimas de su audacia. El griego Spiro muere haciendo volar la santabárbara de la "Cármen" para que no caiga en manos realistas. Jorge y Rosales nacen en la historia naval con sus juventudes heroicas. La sangre patriota es la tinta que escribe la historia.-
17 de mayo de 1814 - Batalla de Montevideo
El Almirante Guillermo Brown había logrado separar al mejor jefe español del grueso de su escuadra en Montevideo, Jacinto de Romarate no podía bajar el Río Uruguay. No obstante, las fuerzas navales son equivalentes. Entre ambas unos 300 cañones. Nunca hubo tanta artillería reunida en nuestras guerras de independencia. El combate se convertiría en una persecución. Brown sigue tenazmente a los realistas.-
El 16 de mayo alcanza y toma tres de las naves mayores españolas frente al Buceo. Persigue al resto y toma otra nave realista, otras dos encallan y son destruídas por su tripulación, una esquirla de metralla quiebra una pierna al Almirante Brown, se hace atender en cubierta y sigue ordenando el combate. Ya en la mañana del 17 la victoria parece completa, la nave insignia española, la "Mercurio" busca la protección de los cañones del Puerto de Montevideo.-
Ahora Montevideo quedaba sitiada por completo. Cuatro años de sitio terrestre han sido vanos. Tan solo un mes de cerco por tierra y mar provocarían su caída. La Batalla naval de Montevideo fue la causa principal.-
Esta campaña naval, fue uno de los hechos más importantes de la Revolución de Mayo. A partir de aquel 17 de mayo de 1814, tanto el Atlántico Sur, como el Océano Pacífico se abrían libres a nuestros buques. El camino de Los Andes y la Libertad de América estaban a partir de ese momento en manos del General José de San Martín.-
Almirante Brown
Combate de Montevideo
Fragata "Hércules"
Combate de San Lorenzo
Se conmemora el fallecimiento del Coronel de Marina D. Leonardo Rosales
Se conmemora el fallecimiento del Coronel de Marina D. Leonardo Rosales
El Instituto Nacional Browniano rinde homenaje a uno de los Tres Valientes de la Armada Argentina.
El INSTITUTO NACIONAL BROWNIANO invita a la ceremonia conmemorativa del 172º aniversario del fallecimiento del Coronel de Marina D. Leonardo Rosales. La misma se llevará a cabo el próximo viernes 23 de mayo a las 10.30 horas en Casa Amarilla, Av. Alte Brown 401, Ciudad de Buenos Aires.
Leonardo Rosales, Marino de la Guerra de la Independencia del Brasil y de las luchas fratricidas por la constitución de nuestra Nación, nació el 5 de noviembre de 1792 en la ciudad de Buenos Aires y murió el 20 de mayo de 1836 en Las Vacas - Carmelo – República Oriental del Uruguay. Cursó estudios secundarios en el Real Colegio de San Carlos (1806 a 1808). Ingresó en la Armada Nacional en 1812 como marinero (tripulante) de los Botes Corsarios del Estado Nº 1 y 2, participando luego en las Campañas Fluviales 1814/1821 (Guerras interprovinciales) y en la Campaña Unitaria de 1829.
Al reconocimiento público de la Patria Argentina hacia su Coronel llegó al finalizar la lucha fratricida, constituirse la Nación y acallarse los enfrentamientos estériles de un pasado inmediato.
Uno de los puertos de Bahía Blanca fue bautizado con su nombre así como también el partido de Coronel Rosales, inmediato a la Base Naval de Puerto Belgrano, en la Provincia de Buenos Aires. Varias calles y avenidas lo recuerda en Buenos Aires y varias escuelas públicas y privadas usan su nombre en homenaje recordatorio a este inclaudicable porteño, que obtuviera en las aguas de Quilmes, para nosotros, el más grande y merecido galardón: ser reconocido por su Almirante como uno de los TRES VALIENTES de la Armada Argentina.
En 1996 la corbeta misilística Rosales, repatrió los restos mortales de su Coronel, que descansan definitivamente en la Catedral de la localidad de Punta Alta, Partido de Coronel Rosales.
Desde Nuestromar acompañamos al Instituto Nacional Browniano en esta merecida conmemoración.
22/05/08
NUESTROMAR
El Instituto Nacional Browniano rinde homenaje a uno de los Tres Valientes de la Armada Argentina.
El INSTITUTO NACIONAL BROWNIANO invita a la ceremonia conmemorativa del 172º aniversario del fallecimiento del Coronel de Marina D. Leonardo Rosales. La misma se llevará a cabo el próximo viernes 23 de mayo a las 10.30 horas en Casa Amarilla, Av. Alte Brown 401, Ciudad de Buenos Aires.
Leonardo Rosales, Marino de la Guerra de la Independencia del Brasil y de las luchas fratricidas por la constitución de nuestra Nación, nació el 5 de noviembre de 1792 en la ciudad de Buenos Aires y murió el 20 de mayo de 1836 en Las Vacas - Carmelo – República Oriental del Uruguay. Cursó estudios secundarios en el Real Colegio de San Carlos (1806 a 1808). Ingresó en la Armada Nacional en 1812 como marinero (tripulante) de los Botes Corsarios del Estado Nº 1 y 2, participando luego en las Campañas Fluviales 1814/1821 (Guerras interprovinciales) y en la Campaña Unitaria de 1829.
Al reconocimiento público de la Patria Argentina hacia su Coronel llegó al finalizar la lucha fratricida, constituirse la Nación y acallarse los enfrentamientos estériles de un pasado inmediato.
Uno de los puertos de Bahía Blanca fue bautizado con su nombre así como también el partido de Coronel Rosales, inmediato a la Base Naval de Puerto Belgrano, en la Provincia de Buenos Aires. Varias calles y avenidas lo recuerda en Buenos Aires y varias escuelas públicas y privadas usan su nombre en homenaje recordatorio a este inclaudicable porteño, que obtuviera en las aguas de Quilmes, para nosotros, el más grande y merecido galardón: ser reconocido por su Almirante como uno de los TRES VALIENTES de la Armada Argentina.
En 1996 la corbeta misilística Rosales, repatrió los restos mortales de su Coronel, que descansan definitivamente en la Catedral de la localidad de Punta Alta, Partido de Coronel Rosales.
Desde Nuestromar acompañamos al Instituto Nacional Browniano en esta merecida conmemoración.
22/05/08
NUESTROMAR
Almirante Guillermo Brown
1777 – 22 de Junio – 2008
Almirante Guillermo Brown
Conmemorando el 231 Aniversario de su natalicio, a las
11.00 hs se realizará una formación interna en la Base Naval.
Por: Oscar Filippi
Los hombres de la Armada Argentina hoy, expresaran su sentimiento de gratitud a modo de homenaje, al máximo Prócer Naval de la Patria en el 231 aniversario del natalicio de quien fuera el otro libertador en nuestra historia, el Almirante Guillermo Brown.
Libertador de la Patria sí, título con el que fue honrado en vida, al igual que el General José de San Martín, porque así lo entendieron las autoridades y el pueblo en su momento.
Aquel calificativo, lamentablemente, se fue perdiendo a lo largo del tiempo en el que ya no existían quienes, desde la costa porteña habían contemplado azorados tantas veces el “fuego rasante” que el Almirante Brown ordenaba a sus tripulaciones.
Ese esfumarse la imagen del héroe más admirado y venerado por el pueblo de su época (ver periódicos de aquellos años) es una especie de oquedad en la historiografía que generó una trascendente ingratitud.
Pero sus hijos hoy, no lo olvidan, los hombres que forman los cuadros de nuestra orgullosa Armada Argentina, reconocen en él a su máximo Prócer.
El Almirante Guillermo Brown fue un hombre auténtico, profesional y cabal, que en sus servicios por la causa nacional mereció ser distinguido en calidad de Prócer Héroe.
Se le consigna tal carácter porque los grandes hombres auténticos, que en el transcurso de su existencia son consecuentes en volcar tal autenticidad en el servicio de nobles causas, como generoso aporte a las más caras aspiraciones de los pueblos, pertenecen a la calidad de próceres y los próceres que en procura de las grandes causas juegan su voluntad y abnegación hasta ofrendar su propia vida, son próceres en calidad de héroes.
Su nacimiento
Las raíces de nuestro Gran Almirante son modestas y su apellido –Brown- tan común en Irlanda y Escocia, como los Pérez y los García en España o en nuestra patria. Nació en un hogar labriego, humilde y católico, en un pueblito costero llamado Foxford, del condado de Mayo, en una Irlanda sojuzgada por el opresor británico, en Junio de 1777 y en fecha no precisa en formal documento, aunque apreciada en el 22 de ese mes, ya que todos los archivos regionales fueron quemados durante las guerras de su patria natal, al punto de ser desconocidos los nombres de pila de sus progenitores y el apellido materno.
En ese último tercio del Siglo XVIII en el que nació el Almirante Brown, también nacieron, entre otras personalidades: Horacio Nelson, Luis Van Beethoven, Jorge Byron, el Duque de Wellington, Napoleón Bonaparte, Stendhal, etc. En el Plata: Manuel Belgrano, José de San Martín, Martín Miguel de Güemes, Martín de Pueyrredón, Blanco Encalada, Francisco Gurruchaga y otros.
Fue toda una generación que nació a un mundo en cambio, en el que el individualismo jugaba un rol dinamizador del proceso de la burguesía y esta influenciaba en el campo de la política, la economía, la religión, la moral y las ciencias. Se seguía acometiendo en pleno desarrollo de esa generación contra los reductos de la intolerancia, el absolutismo, las limitaciones a la libertad individual y se pasaba del mercantilismo a la fisiocracia camino hacia el liberalismo.
En nuestro país
Podemos decir que, ya fuese por la pendulante política europea o por la influencia de las nacientes ideas renovadoras, en la época en que Brown llegó al Plata (1809) se miraba con simpatía una evolución americana hacia formas menos dependientes y, en última instancia, una apertura hacia la emancipación.
El 25 de Mayo de 1810, quedó abierto nuestro camino a la libertad, el entonces capitán mercante, Guillermo Brown, se instala definitivamente en Buenos Aires en 1811. Su vocación marinera, su experiencia militar, su fe católica y su espíritu de libertad encontrarán en la revolución de mayo la causa, justificación y razón de pertenencia a nuestra tierra.
El 1º de Marzo de 1814, el Director Supremo, Gervasio Antonio Posadas, sanciona el decreto que nombra a Don Guillermo Brown, comandante de la Marina del Estado. Ese día quedaba sellada la libertad de la patria en el Mar.
Los triunfos navales en Martín García, Arroyo de la China y Montevideo, sellaron la suerte de la Escuadra Española en el Plata. Luego, el pabellón que Belgrano nos legara, enarbolado en las naves del Gran Almirante, fue sobre las aguas del Pacífico el emblema que llamó a la libertad de América toda, para lograrla, acompañó al General San Martín en su campaña libertadora.
Vendrían luego los triunfos de Los Pozos, Quilmes, Monte Santiago y El Juncal, todos nombres heroicos de una historia de orgullo, valor, entrega y sacrificio de Brown y sus hombres.
Ejemplos que con gratitud, hoy conmemorarán en perfecta formación militar, los hombres de la Armada Argentina, muchos de ellos, Veteranos de Guerra de la última batalla por nuestra emancipación, Malvinas Siguieron con orgullo el ejemplo browniano, algunos de ellos, hijos dilectos del comandante Tomás Espora, “con más heridas en sus cuerpos que tiras en sus mangas”, todos juntos, firmes y orgullosos, rindiendo homenaje a su Gran Almirante, a los criollos de aquellas luchas, a sus camaradas de Malvinas, a su historia, a su razón de ser… el Mar y la Libertad.
Bibliografía utilizada:
Introducción a la Historia Marítima Argentina – Vicealmirante (R) Jorge E. DUYOS
Guillermo Brown – Félix LUNA – Editorial Planeta
Almirante Guillermo Brown
Conmemorando el 231 Aniversario de su natalicio, a las
11.00 hs se realizará una formación interna en la Base Naval.
Por: Oscar Filippi
Los hombres de la Armada Argentina hoy, expresaran su sentimiento de gratitud a modo de homenaje, al máximo Prócer Naval de la Patria en el 231 aniversario del natalicio de quien fuera el otro libertador en nuestra historia, el Almirante Guillermo Brown.
Libertador de la Patria sí, título con el que fue honrado en vida, al igual que el General José de San Martín, porque así lo entendieron las autoridades y el pueblo en su momento.
Aquel calificativo, lamentablemente, se fue perdiendo a lo largo del tiempo en el que ya no existían quienes, desde la costa porteña habían contemplado azorados tantas veces el “fuego rasante” que el Almirante Brown ordenaba a sus tripulaciones.
Ese esfumarse la imagen del héroe más admirado y venerado por el pueblo de su época (ver periódicos de aquellos años) es una especie de oquedad en la historiografía que generó una trascendente ingratitud.
Pero sus hijos hoy, no lo olvidan, los hombres que forman los cuadros de nuestra orgullosa Armada Argentina, reconocen en él a su máximo Prócer.
El Almirante Guillermo Brown fue un hombre auténtico, profesional y cabal, que en sus servicios por la causa nacional mereció ser distinguido en calidad de Prócer Héroe.
Se le consigna tal carácter porque los grandes hombres auténticos, que en el transcurso de su existencia son consecuentes en volcar tal autenticidad en el servicio de nobles causas, como generoso aporte a las más caras aspiraciones de los pueblos, pertenecen a la calidad de próceres y los próceres que en procura de las grandes causas juegan su voluntad y abnegación hasta ofrendar su propia vida, son próceres en calidad de héroes.
Su nacimiento
Las raíces de nuestro Gran Almirante son modestas y su apellido –Brown- tan común en Irlanda y Escocia, como los Pérez y los García en España o en nuestra patria. Nació en un hogar labriego, humilde y católico, en un pueblito costero llamado Foxford, del condado de Mayo, en una Irlanda sojuzgada por el opresor británico, en Junio de 1777 y en fecha no precisa en formal documento, aunque apreciada en el 22 de ese mes, ya que todos los archivos regionales fueron quemados durante las guerras de su patria natal, al punto de ser desconocidos los nombres de pila de sus progenitores y el apellido materno.
En ese último tercio del Siglo XVIII en el que nació el Almirante Brown, también nacieron, entre otras personalidades: Horacio Nelson, Luis Van Beethoven, Jorge Byron, el Duque de Wellington, Napoleón Bonaparte, Stendhal, etc. En el Plata: Manuel Belgrano, José de San Martín, Martín Miguel de Güemes, Martín de Pueyrredón, Blanco Encalada, Francisco Gurruchaga y otros.
Fue toda una generación que nació a un mundo en cambio, en el que el individualismo jugaba un rol dinamizador del proceso de la burguesía y esta influenciaba en el campo de la política, la economía, la religión, la moral y las ciencias. Se seguía acometiendo en pleno desarrollo de esa generación contra los reductos de la intolerancia, el absolutismo, las limitaciones a la libertad individual y se pasaba del mercantilismo a la fisiocracia camino hacia el liberalismo.
En nuestro país
Podemos decir que, ya fuese por la pendulante política europea o por la influencia de las nacientes ideas renovadoras, en la época en que Brown llegó al Plata (1809) se miraba con simpatía una evolución americana hacia formas menos dependientes y, en última instancia, una apertura hacia la emancipación.
El 25 de Mayo de 1810, quedó abierto nuestro camino a la libertad, el entonces capitán mercante, Guillermo Brown, se instala definitivamente en Buenos Aires en 1811. Su vocación marinera, su experiencia militar, su fe católica y su espíritu de libertad encontrarán en la revolución de mayo la causa, justificación y razón de pertenencia a nuestra tierra.
El 1º de Marzo de 1814, el Director Supremo, Gervasio Antonio Posadas, sanciona el decreto que nombra a Don Guillermo Brown, comandante de la Marina del Estado. Ese día quedaba sellada la libertad de la patria en el Mar.
Los triunfos navales en Martín García, Arroyo de la China y Montevideo, sellaron la suerte de la Escuadra Española en el Plata. Luego, el pabellón que Belgrano nos legara, enarbolado en las naves del Gran Almirante, fue sobre las aguas del Pacífico el emblema que llamó a la libertad de América toda, para lograrla, acompañó al General San Martín en su campaña libertadora.
Vendrían luego los triunfos de Los Pozos, Quilmes, Monte Santiago y El Juncal, todos nombres heroicos de una historia de orgullo, valor, entrega y sacrificio de Brown y sus hombres.
Ejemplos que con gratitud, hoy conmemorarán en perfecta formación militar, los hombres de la Armada Argentina, muchos de ellos, Veteranos de Guerra de la última batalla por nuestra emancipación, Malvinas Siguieron con orgullo el ejemplo browniano, algunos de ellos, hijos dilectos del comandante Tomás Espora, “con más heridas en sus cuerpos que tiras en sus mangas”, todos juntos, firmes y orgullosos, rindiendo homenaje a su Gran Almirante, a los criollos de aquellas luchas, a sus camaradas de Malvinas, a su historia, a su razón de ser… el Mar y la Libertad.
Bibliografía utilizada:
Introducción a la Historia Marítima Argentina – Vicealmirante (R) Jorge E. DUYOS
Guillermo Brown – Félix LUNA – Editorial Planeta
Homenaje a un valiente, el Suboficial Primero Julio Castillo
Homenaje a un valiente, el Suboficial Primero Julio Castillo
El pasado día miércoles 19 de Noviembre a las 10.45 hs en la Plaza de Armas “Submarino Santa Fe” de la Base Naval Mar del Plata, se inauguró un busto que perpetuará la memoria del Suboficial Primero (post-mortem) Julio Saturnino Castillo, el mismo fue donado por la Asociación de Infantes de Marina de la Armada de la República Argentina (AIMARA).
La ceremonia y formación militar fue presidida por el Comandante del Area Naval Atlántica, Contralmirante Delfor Raúl Ferraris y en la misma se conmemoró el 129 Aniversario de la creación del cuerpo de Infantería de Marina.
Un 19 de Noviembre de 1879 se creó el Cuerpo de Artillería de la Armada, origen de la Infantería de Marina. Anteriormente se habían creado Batallones y Compañías de Artillería de Mar (en los años 1816, 1827, 1830, 1834 y 1874) por tal motivo, la Armada Argentina ha instituido al 19 de Noviembre como “Día de la Infantería de Marina”.
El acto será un justo homenaje a un valiente que entregó su vida a la patria el 14 de Junio de 1982 en nuestras Islas Malvinas.
El hecho de la rendición de las tropas argentinas en la mañana del 14 de Junio de 1982, por su trascendencia al marcar el final del conflicto por la recuperación de las Islas Malvinas, eclipsó el valiente y heroico desempeño del Batallón de Infantería de Marina Nº 5 (BIM5) que en la noche y madrugada del 13 al 14 de Junio, desoyendo la ya impartida orden de rendición por el General Menéndez, siguió combatiendo y logró hacer retroceder en 14 kms el avance de las fuerzas británicas, derribando además en la mañana del 14, dos helicópteros ingleses.
El Aviso (A-6) A.R.A. “Suboficial Castillo” que tiene su apostadero natural en nuestra Base Naval, lleva su nombre en homenaje al Suboficial Primero de Infantería de Marina Julio Saturnino Castillo. Este valiente argentino había nacido en el pueblo de El Malacara, Provincia de Santiago del Estero. En 1964 se incorporó a la Armada como conscripto de la Infantería de Marina, prestando servicio en el Batallón de Infantería de Marina Nº 2, fue allí donde afianzó su vocación militar, ingresando en 1965 a la Escuela de Suboficiales de Infantería de Marina, de la que egresa como integrante de la promoción Nº 35.
Todas sus fojas de servicio hablan de su dedicación, conocimientos profesionales y ansias de superación. Ya con la jerarquía de Suboficial Segundo, el 8 de Abril de 1982, marcha con su Batallón (el BIM5) a las Islas Malvinas con el fin de contribuir a la defensa de Puerto Argentino.
El Suboficial Castillo es destacado como jefe de una fracción de la Cuarta Sección de Tiradores de la Compañía “Nácar” en la ladera Suroeste del Monte Tumbledown.
A las 02.30 hs de la madrugada del 14 de Junio, el grupo del Suboficial Castillo, en el extremo derecho de la sección, trataba de contener la segunda embestida enemiga, la primera había sido rechazada. Con Castillo estaba el Cabo Segundo Amílcar Tejada y el conscripto “dragoneante” José Luis Galarza. Tres soldados británicos salieron corriendo detrás de un montículo rocoso disparando sus armas, alcanzaron así al conscripto Galarza, el Cabo Tejada giró la ametralladora MAG y comenzó a disparar, batiendo a los tres británicos.
El Suboficial Castillo al ver la forma en que su soldado había sido herido, se incorporó furioso, salió de la protección del “pozo de zorro”, en momentos que otros tres ingleses avanzaban hacia él desde unos 20 metros. Intentó disparar su fusil, pero un tiro en el pecho lo empujó hacia atrás violentamente, truncando su vida para siempre.
Quiso recuperar a su “dragoneante” caído, quiso pelear y peleó con valor y coraje, la Nación Argentina lo distinguió con su máxima condecoración: “La Nación Argentina al Heroico Valor en Combate”
Es por ello, que surcando las aguas de nuestro Mar Argentino, como en el recuerdo de todos sus camaradas de la Asociación De Infantes de Marina de la Armada de la República Argentina, queda latente la frase acuñada en la heráldica del escudo del Aviso Castillo, ella es motivo de orgullo y de este justo homenaje, “Para que no se rinda ni se olvide”.
Por Oscar Héctor FILIPPI - CORRESPONSAL NAVAL
El pasado día miércoles 19 de Noviembre a las 10.45 hs en la Plaza de Armas “Submarino Santa Fe” de la Base Naval Mar del Plata, se inauguró un busto que perpetuará la memoria del Suboficial Primero (post-mortem) Julio Saturnino Castillo, el mismo fue donado por la Asociación de Infantes de Marina de la Armada de la República Argentina (AIMARA).
La ceremonia y formación militar fue presidida por el Comandante del Area Naval Atlántica, Contralmirante Delfor Raúl Ferraris y en la misma se conmemoró el 129 Aniversario de la creación del cuerpo de Infantería de Marina.
Un 19 de Noviembre de 1879 se creó el Cuerpo de Artillería de la Armada, origen de la Infantería de Marina. Anteriormente se habían creado Batallones y Compañías de Artillería de Mar (en los años 1816, 1827, 1830, 1834 y 1874) por tal motivo, la Armada Argentina ha instituido al 19 de Noviembre como “Día de la Infantería de Marina”.
El acto será un justo homenaje a un valiente que entregó su vida a la patria el 14 de Junio de 1982 en nuestras Islas Malvinas.
El hecho de la rendición de las tropas argentinas en la mañana del 14 de Junio de 1982, por su trascendencia al marcar el final del conflicto por la recuperación de las Islas Malvinas, eclipsó el valiente y heroico desempeño del Batallón de Infantería de Marina Nº 5 (BIM5) que en la noche y madrugada del 13 al 14 de Junio, desoyendo la ya impartida orden de rendición por el General Menéndez, siguió combatiendo y logró hacer retroceder en 14 kms el avance de las fuerzas británicas, derribando además en la mañana del 14, dos helicópteros ingleses.
El Aviso (A-6) A.R.A. “Suboficial Castillo” que tiene su apostadero natural en nuestra Base Naval, lleva su nombre en homenaje al Suboficial Primero de Infantería de Marina Julio Saturnino Castillo. Este valiente argentino había nacido en el pueblo de El Malacara, Provincia de Santiago del Estero. En 1964 se incorporó a la Armada como conscripto de la Infantería de Marina, prestando servicio en el Batallón de Infantería de Marina Nº 2, fue allí donde afianzó su vocación militar, ingresando en 1965 a la Escuela de Suboficiales de Infantería de Marina, de la que egresa como integrante de la promoción Nº 35.
Todas sus fojas de servicio hablan de su dedicación, conocimientos profesionales y ansias de superación. Ya con la jerarquía de Suboficial Segundo, el 8 de Abril de 1982, marcha con su Batallón (el BIM5) a las Islas Malvinas con el fin de contribuir a la defensa de Puerto Argentino.
El Suboficial Castillo es destacado como jefe de una fracción de la Cuarta Sección de Tiradores de la Compañía “Nácar” en la ladera Suroeste del Monte Tumbledown.
A las 02.30 hs de la madrugada del 14 de Junio, el grupo del Suboficial Castillo, en el extremo derecho de la sección, trataba de contener la segunda embestida enemiga, la primera había sido rechazada. Con Castillo estaba el Cabo Segundo Amílcar Tejada y el conscripto “dragoneante” José Luis Galarza. Tres soldados británicos salieron corriendo detrás de un montículo rocoso disparando sus armas, alcanzaron así al conscripto Galarza, el Cabo Tejada giró la ametralladora MAG y comenzó a disparar, batiendo a los tres británicos.
El Suboficial Castillo al ver la forma en que su soldado había sido herido, se incorporó furioso, salió de la protección del “pozo de zorro”, en momentos que otros tres ingleses avanzaban hacia él desde unos 20 metros. Intentó disparar su fusil, pero un tiro en el pecho lo empujó hacia atrás violentamente, truncando su vida para siempre.
Quiso recuperar a su “dragoneante” caído, quiso pelear y peleó con valor y coraje, la Nación Argentina lo distinguió con su máxima condecoración: “La Nación Argentina al Heroico Valor en Combate”
Es por ello, que surcando las aguas de nuestro Mar Argentino, como en el recuerdo de todos sus camaradas de la Asociación De Infantes de Marina de la Armada de la República Argentina, queda latente la frase acuñada en la heráldica del escudo del Aviso Castillo, ella es motivo de orgullo y de este justo homenaje, “Para que no se rinda ni se olvide”.
Por Oscar Héctor FILIPPI - CORRESPONSAL NAVAL
Emotivo homenaje al primer marino que llegara al Lago Argentino
El Calafate
Emotivo homenaje al primer marino que llegara al Lago Argentino
En un sencillo acto se recordó ayer la gesta del Teniente Valentín Feilberg, quien en 1873 se convirtió en el primer expedicionario en alcanzar la naciente del Río Santa Cruz.
Los marinos le rindieron homenaje al descubridor.
Pablo Ortiz - Enviado Especial
La ceremonia se realizó a orillas del Lago Argentino a pocos kilómetros de la villa turística de El Calafate y contó con la presencia de autoridades militares, políticas y civiles, siendo su único orador el capitán de Navío Luís María Ferrari, quien se encuentra desempeñando el cargo de jefe de la Zona Naval Santa Cruz de la Infantería de Marina.
En su discurso, Ferrari resaltó el espíritu y la valentía de teniente Feilberg quien, aseguró, con su gesta dio a las generaciones futuras un ejemplo de abnegación y sacrificio. Recordó además que las dificultades por las cuales pasó el marino junto a su equipo y su esfuerzo para superarlas dan cuenta de “un alma de acero” y una gran capacidad para conquistar los objetivos propuestos.
Consideró Ferrari que es Valentín Feilberg un hombre cuya obra debe ser honrada por quienes componen la Armada Argentina, por ser su legado ejemplo a seguir por todos “los hombres del mar”.
Finalmente el Capitán de Navío entregó presentes al intendente Municipal, Javier Belloni, a la directora de Defensa Civil Gladys Trevisar y a autoridades de la Gendarmería Nacional y la Prefectura Naval, dándose así por terminado el acto.
La Historia
En 1873 al joven marino Valentín Feilberg se le encomienda la misión de alcanzar las fuentes del Río Santa Cruz y es por ello que parte desde su desembocadura al frente de una reducida comisión de cuatro personas y un bote, además de víveres para veinte días.
Si bien al principio la travesía resultó medianamente fácil, pronto descubrieron que no era suficiente con la fuerza de los remos para avanzar, por lo que debieron utilizar cuerdas. A esto se sumaron otras dificultades, el frío intenso, el cansancio, las inclemencias del terreno que dejaron sus ropas y calzado destrozados.
Al cabo de 17 días de marcha Feilberg alcanzó el Valle del Misterio, punto máximo al cual un expedicionario hubiera llegado, de allí en adelante empezaba lo verdaderamente novedoso. Pero el punto se había alcanzado a un costo muy alto. Los hombres estaban exhaustos, sin reservas de energía, ropas y calzado hechos pedazos y los víveres peligrosamente disminuidos. Y el río seguía tan ancho, tan hondo y tan impetuoso como siempre. Llevaban casi tres semanas poniendo a prueba sus reservas físicas, soportando fríos y penurias de toda suerte, descansando mal y comiendo peor. Pero una vez más se puso de manifiesto la firme voluntad de Feilberg, que tan agotado y deprimido como los otros, insistió en seguir adelante.
En un alto impuesto por el cansancio, desalentado y abatido, Feilberg se adelantó caminando por la orilla, río arriba. Poco más allá cayó desplomado, sin fuerzas para mantenerse en pie. El Santa Cruz lo había vencido. De pronto percibió un ruido, un sordo rumor, bronco y rítmico, era el ruido de olas al romper sobre la costa. Toda la fatiga desapareció de golpe y Feilberg, nuevamente dueño de sus fuerzas, se adelantó por la orilla, avanzó hacia un médano y al llegar descubrió un gigantesco lago cuyas olas se perdían en la distancia. Tras recorrer en toda su extensión el río Santa Cruz, la hazaña estaba cumplida.
Feilberg no dudó que se encontraba ante el lago Viedma y ni por un momento pensó que pudiera ser otro. A punto de emprender el regreso, el 29 de noviembre de 1873, este joven marinero redactó una nota que fecha en el supuesto Lago Viedma y en la cual comenta pormenores de su viaje. Introdujo el papel en una botella que sujetó a un remo usado como mástil, en el cual flameó orgullosamente la bandera argentina. Había cumplido, sin la menor duda, una magnifica hazaña que honraba a la Armada Argentina. En 1877 remontó el río Santa Cruz Francisco P. Moreno, siguiendo en detalle a Feilberg y llegando el 14 de febrero de 1877, al remo en el que había colgados fragmentos de la bandera dejada por Feilberg. Pero Moreno consideró que no estaba ante el lago Viedma, sino otro distinto. Por ello se creyó autorizado para dar nombre al gran espejo de agua, e impresionado por la grandiosa belleza que tenía ante los ojos, decidió llamarlo Lago Argentino.
Fuente: Prensa Libre Online
Emotivo homenaje al primer marino que llegara al Lago Argentino
En un sencillo acto se recordó ayer la gesta del Teniente Valentín Feilberg, quien en 1873 se convirtió en el primer expedicionario en alcanzar la naciente del Río Santa Cruz.
Los marinos le rindieron homenaje al descubridor.
Pablo Ortiz - Enviado Especial
La ceremonia se realizó a orillas del Lago Argentino a pocos kilómetros de la villa turística de El Calafate y contó con la presencia de autoridades militares, políticas y civiles, siendo su único orador el capitán de Navío Luís María Ferrari, quien se encuentra desempeñando el cargo de jefe de la Zona Naval Santa Cruz de la Infantería de Marina.
En su discurso, Ferrari resaltó el espíritu y la valentía de teniente Feilberg quien, aseguró, con su gesta dio a las generaciones futuras un ejemplo de abnegación y sacrificio. Recordó además que las dificultades por las cuales pasó el marino junto a su equipo y su esfuerzo para superarlas dan cuenta de “un alma de acero” y una gran capacidad para conquistar los objetivos propuestos.
Consideró Ferrari que es Valentín Feilberg un hombre cuya obra debe ser honrada por quienes componen la Armada Argentina, por ser su legado ejemplo a seguir por todos “los hombres del mar”.
Finalmente el Capitán de Navío entregó presentes al intendente Municipal, Javier Belloni, a la directora de Defensa Civil Gladys Trevisar y a autoridades de la Gendarmería Nacional y la Prefectura Naval, dándose así por terminado el acto.
La Historia
En 1873 al joven marino Valentín Feilberg se le encomienda la misión de alcanzar las fuentes del Río Santa Cruz y es por ello que parte desde su desembocadura al frente de una reducida comisión de cuatro personas y un bote, además de víveres para veinte días.
Si bien al principio la travesía resultó medianamente fácil, pronto descubrieron que no era suficiente con la fuerza de los remos para avanzar, por lo que debieron utilizar cuerdas. A esto se sumaron otras dificultades, el frío intenso, el cansancio, las inclemencias del terreno que dejaron sus ropas y calzado destrozados.
Al cabo de 17 días de marcha Feilberg alcanzó el Valle del Misterio, punto máximo al cual un expedicionario hubiera llegado, de allí en adelante empezaba lo verdaderamente novedoso. Pero el punto se había alcanzado a un costo muy alto. Los hombres estaban exhaustos, sin reservas de energía, ropas y calzado hechos pedazos y los víveres peligrosamente disminuidos. Y el río seguía tan ancho, tan hondo y tan impetuoso como siempre. Llevaban casi tres semanas poniendo a prueba sus reservas físicas, soportando fríos y penurias de toda suerte, descansando mal y comiendo peor. Pero una vez más se puso de manifiesto la firme voluntad de Feilberg, que tan agotado y deprimido como los otros, insistió en seguir adelante.
En un alto impuesto por el cansancio, desalentado y abatido, Feilberg se adelantó caminando por la orilla, río arriba. Poco más allá cayó desplomado, sin fuerzas para mantenerse en pie. El Santa Cruz lo había vencido. De pronto percibió un ruido, un sordo rumor, bronco y rítmico, era el ruido de olas al romper sobre la costa. Toda la fatiga desapareció de golpe y Feilberg, nuevamente dueño de sus fuerzas, se adelantó por la orilla, avanzó hacia un médano y al llegar descubrió un gigantesco lago cuyas olas se perdían en la distancia. Tras recorrer en toda su extensión el río Santa Cruz, la hazaña estaba cumplida.
Feilberg no dudó que se encontraba ante el lago Viedma y ni por un momento pensó que pudiera ser otro. A punto de emprender el regreso, el 29 de noviembre de 1873, este joven marinero redactó una nota que fecha en el supuesto Lago Viedma y en la cual comenta pormenores de su viaje. Introdujo el papel en una botella que sujetó a un remo usado como mástil, en el cual flameó orgullosamente la bandera argentina. Había cumplido, sin la menor duda, una magnifica hazaña que honraba a la Armada Argentina. En 1877 remontó el río Santa Cruz Francisco P. Moreno, siguiendo en detalle a Feilberg y llegando el 14 de febrero de 1877, al remo en el que había colgados fragmentos de la bandera dejada por Feilberg. Pero Moreno consideró que no estaba ante el lago Viedma, sino otro distinto. Por ello se creyó autorizado para dar nombre al gran espejo de agua, e impresionado por la grandiosa belleza que tenía ante los ojos, decidió llamarlo Lago Argentino.
Fuente: Prensa Libre Online
“Tras las huellas del Comandante Luis Piedra Buena”
“Tras las huellas del Comandante Luis Piedra Buena”
29/11/08 | La municipalidad de Patagones informa que el lunes 1 de diciembre a las 11 Hs, se llevara a cabo la Avant Premiere del documental “Tras las huellas del Comandante Luís Piedra Buena” que será presentado por la delegación de la Armada Argentina, en el Cine Teatro Garibaldi, sito en calle España 209.
A las 9:30 hs, el intendente ing. Ricardo Curetti recibirá con un desayuno en su despacho al Contralmirante Daniel Francisco Hindryckx, y Sra., junto con el Secretario de Gobierno Gustavo Romero, Subsecretarios, y los Directores de Cultura, Sergio Thefs, de Turismo, Roque Barila, y de Patrimonio Histórico, Mónica Herrero.
Luego, a las 10 hs se realizará el descubrimiento de una placa y la colocación de una ofrenda floral en el mausoleo del Comandante Luís Piedra Buena que se sitúa en instalaciones de la Iglesia Parroquial “Nuestra Señora del Carmen”.
La delegación de la Armada Argentina que viene a presentar el documental esta integrada por el Contralmirante Daniel Francisco Hindryckx; los Capitanes de Navío Osvaldo Emilio Martinetti, Jorge Mario Cerqueiro, Roberto Augusto Ulloa; el Capitán de Corbeta Norberto Miguel Sorrentino; El Capitán de Corbeta y Director del Proyecto, Rodolfo Daniel Ramallo; la Teniente de Fragata y Jefa del Proyecto Silvina Valeria Morales; las Tenientes de Fragata Stella Maris Guaymas y María Elena Martí.
Los acompañarán también, Personal Militar del Buque Multipropósito ARA “Punta Alta”; ocho personas de la Delegación de la Subsecretaría de Relaciones Institucionales; el Abanderado y dos Escoltas de la Escuela de Suboficiales de la Armada y una Delegación de la Escuela de Suboficiales de la Armada.
Cabe destacar que el proyecto fue planificado por la Armada Argentina como un reconocimiento al Comandante Luís Piedra Buena, icono de la navegación maragata, al cumplirse 125 años de su fallecimiento.
La obra contó con la participación de importantes historiadores civiles y militares, como así también de personas que atesoran invaluables datos históricos de su labor y se contó con la colaboración de la bisnieta de Luís Piedra Buena, que dio testimonio de las travesías que tuvo que atravesar el Comandante.
Este documental refleja el espíritu de aventura, la pasión por el descubrimiento y el esfuerzo de un hombre que ante la adversidad nunca dudo en cumplir con su misión y el objetivo del mismo es que el Comandante Piedra Buena sea recordado por sus hazañas, su patriotismo y su ejemplo.
Fuente: VyP
29/11/08 | La municipalidad de Patagones informa que el lunes 1 de diciembre a las 11 Hs, se llevara a cabo la Avant Premiere del documental “Tras las huellas del Comandante Luís Piedra Buena” que será presentado por la delegación de la Armada Argentina, en el Cine Teatro Garibaldi, sito en calle España 209.
A las 9:30 hs, el intendente ing. Ricardo Curetti recibirá con un desayuno en su despacho al Contralmirante Daniel Francisco Hindryckx, y Sra., junto con el Secretario de Gobierno Gustavo Romero, Subsecretarios, y los Directores de Cultura, Sergio Thefs, de Turismo, Roque Barila, y de Patrimonio Histórico, Mónica Herrero.
Luego, a las 10 hs se realizará el descubrimiento de una placa y la colocación de una ofrenda floral en el mausoleo del Comandante Luís Piedra Buena que se sitúa en instalaciones de la Iglesia Parroquial “Nuestra Señora del Carmen”.
La delegación de la Armada Argentina que viene a presentar el documental esta integrada por el Contralmirante Daniel Francisco Hindryckx; los Capitanes de Navío Osvaldo Emilio Martinetti, Jorge Mario Cerqueiro, Roberto Augusto Ulloa; el Capitán de Corbeta Norberto Miguel Sorrentino; El Capitán de Corbeta y Director del Proyecto, Rodolfo Daniel Ramallo; la Teniente de Fragata y Jefa del Proyecto Silvina Valeria Morales; las Tenientes de Fragata Stella Maris Guaymas y María Elena Martí.
Los acompañarán también, Personal Militar del Buque Multipropósito ARA “Punta Alta”; ocho personas de la Delegación de la Subsecretaría de Relaciones Institucionales; el Abanderado y dos Escoltas de la Escuela de Suboficiales de la Armada y una Delegación de la Escuela de Suboficiales de la Armada.
Cabe destacar que el proyecto fue planificado por la Armada Argentina como un reconocimiento al Comandante Luís Piedra Buena, icono de la navegación maragata, al cumplirse 125 años de su fallecimiento.
La obra contó con la participación de importantes historiadores civiles y militares, como así también de personas que atesoran invaluables datos históricos de su labor y se contó con la colaboración de la bisnieta de Luís Piedra Buena, que dio testimonio de las travesías que tuvo que atravesar el Comandante.
Este documental refleja el espíritu de aventura, la pasión por el descubrimiento y el esfuerzo de un hombre que ante la adversidad nunca dudo en cumplir con su misión y el objetivo del mismo es que el Comandante Piedra Buena sea recordado por sus hazañas, su patriotismo y su ejemplo.
Fuente: VyP
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