Crucero C-4 ARA General Belgrano
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Crucero C-4 ARA General Belgrano
El 2 de mayo se cumplen 27 años de su hundimiento
El Crucero General Belgrano de la Armada Argentina, símbolo de soberan�a nacional
Fue uno de los ataques más importantes que recibieron las Fuerzas Armadas Argentinas durante la Guerra de Malvinas. Allí murieron los juninenses Daniel Seitín, Alfredo Jurño y el nativo de Baigorrita Miguel Angel Soriano.
De 1093 tripulantes,sólo 770 sobrevivieron. Uno de los rescatistas que tuvo mayor protagonismo en el salvataje recuerda aquella trágica tarde del 2 mayo de 1982.
Ramón Segura nunca se hubiese imaginado lo que estaba pasando. Si bien los años de estudiante de enfermería en la Escuela Naval de Punta Alta lo habían preparado para cualquier conflicto bélico, esto era diferente. Era real. Cuando un torpedo británico hizo retumbar al crucero Bou-chard -uno de los dos que acompañaban al General Belgrano- él estaba intentando dormir muy cerca de la popa del barco. Pero despertó inmediatamente por el estruendo. "Hemos sido atacados" se oía desde los parlantes entre gritos y corridas de los tripulantes. No tuvo tiempo de nada. Tomó el maletín y salió corriendo a la otra punta de la embarcación, lugar donde estarían el capitán y los soldados.
El Bouchard había sufrido un ataque submarino por parte de un Conqueror Británico. A unas pocas millas de ahí, el Crucero General Belgrano que transportaba 1093 soldados argentinos, también recibía tres ataques. Ataques de torpedos que harían que se hundiera en menos de una hora y murieran 323 combatientes. Hoy, a 27 años de aquel suceso, Ramón Segura, uno de los enfermeros encargados del rescate, recuerda aquella expedición orgulloso de haber sido parte de la lucha por la Soberanía Nacional, mientras reivindica a sus compañeros caídos como "los verdaderos héroes de Malvinas".
"Eramos muy jóvenes- cuenta Ramón- yo recién había llegado de Luján de Cuyo, Mendoza, y tenía veinte años. Mis compañeros eran más chicos que yo. Cuando nos dijeron que había una guerra, que habían tomado las Malvinas y que nos necesitaban, nos asaltó un miedo mezclado con alegría y orgullo. Enseguida nos enviaron en grupos de tres a cada uno de los barcos. A algunos les tocó el Belgrano, a mí y a otros dos compañeros, Barrios y Segovia, nos tocó el Bouchard, a otros compañeros Cabello, Córdoba y Rodríguez, el Piedra Buena".
El rescatista cuenta que cuando los mandaron a flota, estaban felices después de todo. En su cabeza resonaba la palabra "vamos a la guerra". La experiencia era vivida con alegría porque para eso se había preparado durante tantos años. Pero hasta no haber estado en combate, no le dio relevancia a los hechos y a la crudeza que conllevaba participar en un conflicto bélico.
El 1º de Mayo fue el inicio de la tragedia. El Belgrano entraría en la zona de exclusión británica: doscientas millas que cercaban la isla y que eran el embudo británico. Todo el que las traspasara sería atacado. Desde las órdenes argentinas, el crucero intentaría dar la ofensiva por esa zona. "Nosotros sabíamos que estábamos en lugar de peligro, pero era nuestro deber. Esa noche el Capitán nos llamó a cubierta y nos dijo unas palabras de aliento que hasta el día de hoy no me las olvido: "Ustedes han llegado a la máxima aspiración que tiene un soldado: luchar por la soberanía nacional. A partir de este momento nuestro destino es incierto. Pero nosotros estamos acá para dar la vida por la Patria ". Esa noche todos entonaron, entre llantos y festejos silenciosos, el Himno Nacional Argentino.
"Estamos en guerra"
Recién con la entrada en la zona de exclusión, aquellos soldados argentinos se sintieron en guerra. Era una noche oscura en el sur y las olas llegaban a los siete metros de altura. Muchos de los jóvenes combatientes vomitaban o tenían diarrea debido a los fuertes movimientos de la embarcación, pero el grupo de enfermería trabajaba para mantenerlos en pie. Todo parecía tranquilo en el interior del Bouchard, la embarcación destinada a ser "la custodia" del Belgrano.
Desde el sonar y el radar no se veía ningún movimiento extraño bajo el agua. Pero un submarino británico estaba cerca, acechándolos. "A diferencia de lo que se dice, nosotros entramos a la zona de exclusión; íbamos a atacar. El sonar nuestro detectaba varias millas, pero el Conqueror de ellos tenía mucho más alcance. Entonces podían vernos y nosotros a ellos no"- relata Segura y cuando habla se aferra al libro "1093 tripulantes" de Héctor Bonzo, el capitán del Belgrano que murió el pasado 22 del corriente mes, como protegiendo su propia historia.
Navegaron durante varias horas esperando que llegase la orden de atacar. Pero no llegaba. Unas horas más tarde, cerca del mediodía, el Jefe de Instrucción se acercó para comentarles que saldrían de la zona de peligro. Que finalmente, no realizarían el ataque. El Belgrano encabezaba la vuelta; detrás el Bouchard y el Piedra Buena. Ya fuera del "cerco británico" comenzaron los ataques. A las cuatro menos cinco de la tarde atacaron al Bouchard pero sólo le rompieron el casco. Pocos minutos después, a las cuatro de la tarde, tres torpedos alcanzaron la embarcación con más cantidad de tripulantes.
Pero las olas no dejaban ver mucho. "Estaba todo negro. Los que pudimos, subimos a la cubierta superior. Pasaban horas y no veíamos nada. Un compañero dijo haber notado que lanzaban una luz blanca desde el Belgrano que significa hombre al agua pero en ese momento no logramos darnos cuenta", relata Ramón. Pero por precaución general y por la complejidad del clima, las otras dos embarcaciones decidieron adelantarse un poco y desde allí llamar al Belgrano. Las radios nunca funcionaron. Del otro lado, la línea había sido cortada.
"El rescate"
"El 2 de mayo a la noche, ya casi en la madrugada del 3, decidimos volver. Nosotros no teníamos nada para hacerle frente al Conqueror, pero teníamos que rescatar a nuestros compañeros" . Ramón Segura recuerda los hechos como si hubiesen sido ayer. Su relato de los sucesos, de los rostros de sus compañeros, la descripción del mar es tan detallada que dibuja perfectamente una parte de la historia de nuestro país.
Mientras se iniciaban las tareas de rescate, el comandante del Belgrano decidió dar la orden de abandonar el barco. Para ello se lanzaron setenta balsas auto-inflables, que podían contener veinte hombres cada una. Algunos botes, sin embargo, llevaban más de treinta soldados. El viento se levantaba y el clima empeoraba haciendo crecer más las olas. El Belgrano se dio vuelta y se hundió una hora después de haber sido tocado.
El Bouchard rescató a 79 tripulantes porque tenía un problema con el motor y no podían detenerlo. Casi no levantó muertos. Estos eran rescatados por el Piedra Buena. "Cuando los sacábamos del agua estaban todos llenos de petróleo. Nosotros los bañábamos con agua tibia y les dábamos ropa. Medíamos la cantidad de muertos por el movimiento de la balsa. Si de cerca no se veía una mano moviéndose era porque no habían sobrevivido. Y era así: en donde hubiese pocos tripulantes, la muerte era segura. Pero donde eran muchos no, porque se daban calor", Ramón se emociona y confirma que la necesidad de corroborar si los amigos, los compañeros estaban vivos, era la constante. Todo pasaba muy rápido. El barco no podía estacionarse. Los amigos no llegaban.
Después, las embarcaciones fueron a Ushuaia. A los soldados con heridas de mayor gravedad se los mandó a Capital Federal. Los otros se quedaron en la isla. Luego del reconocimiento de cuerpos, el Bouchard volvió al mar para comenzar con sus tareas de patrullaje en el sur de la Isla de los Estados hasta el mes de julio.
"Malvinas hoy"
"¿Cómo imaginar un después de Malvinas?", Ramón se pregunta mientras señala la dedicatoria que su compañero de guerra, Juan Carlos Heinze, le dejó en un libro: "El destino nos unió en una situación límite de nuestras vidas, hoy nos une una hermosa amistad".
Luego de volver a tierra firme en julio de 1982, Ramón Segura fue trasladado al Hospital Naval de Río Santiago hasta el año 1991 cuando renunció. Después de desarrollar una vasta carrera como enfermero, hoy se desempeña en el Hospital Neuropsi-quiátrico Melchor Romero. "Los verdaderos héroes de Malvinas son los 323 que murieron aquella tarde del 2 de mayo", asegura sin titubear. "Después de la guerra, sin dudas, quedan muchos silencios. Por eso hoy debemos recordarlos. Porque fue el ataque más fuerte que sufrió el ejército Argentino".
Mientras se prepara para asistir al acto oficial, que este sábado tendrá lugar en el Hospital Naval Pedro Mayo en Capital Federal, esboza su deseo para conmemorar la fecha: "Desde chico siento que Las Malvinas son argentinas y yo estoy orgulloso de haber dado esa lucha. Pero tengo el dolor de que son inglesas, de no tenerlas. Entonces, creo que lo mejor que podemos hacer en estas fechas es recordar a los muertos".
Fuente: Diario Democracia, Junín
El Crucero General Belgrano de la Armada Argentina, símbolo de soberan�a nacional
Fue uno de los ataques más importantes que recibieron las Fuerzas Armadas Argentinas durante la Guerra de Malvinas. Allí murieron los juninenses Daniel Seitín, Alfredo Jurño y el nativo de Baigorrita Miguel Angel Soriano.
De 1093 tripulantes,sólo 770 sobrevivieron. Uno de los rescatistas que tuvo mayor protagonismo en el salvataje recuerda aquella trágica tarde del 2 mayo de 1982.
Ramón Segura nunca se hubiese imaginado lo que estaba pasando. Si bien los años de estudiante de enfermería en la Escuela Naval de Punta Alta lo habían preparado para cualquier conflicto bélico, esto era diferente. Era real. Cuando un torpedo británico hizo retumbar al crucero Bou-chard -uno de los dos que acompañaban al General Belgrano- él estaba intentando dormir muy cerca de la popa del barco. Pero despertó inmediatamente por el estruendo. "Hemos sido atacados" se oía desde los parlantes entre gritos y corridas de los tripulantes. No tuvo tiempo de nada. Tomó el maletín y salió corriendo a la otra punta de la embarcación, lugar donde estarían el capitán y los soldados.
El Bouchard había sufrido un ataque submarino por parte de un Conqueror Británico. A unas pocas millas de ahí, el Crucero General Belgrano que transportaba 1093 soldados argentinos, también recibía tres ataques. Ataques de torpedos que harían que se hundiera en menos de una hora y murieran 323 combatientes. Hoy, a 27 años de aquel suceso, Ramón Segura, uno de los enfermeros encargados del rescate, recuerda aquella expedición orgulloso de haber sido parte de la lucha por la Soberanía Nacional, mientras reivindica a sus compañeros caídos como "los verdaderos héroes de Malvinas".
"Eramos muy jóvenes- cuenta Ramón- yo recién había llegado de Luján de Cuyo, Mendoza, y tenía veinte años. Mis compañeros eran más chicos que yo. Cuando nos dijeron que había una guerra, que habían tomado las Malvinas y que nos necesitaban, nos asaltó un miedo mezclado con alegría y orgullo. Enseguida nos enviaron en grupos de tres a cada uno de los barcos. A algunos les tocó el Belgrano, a mí y a otros dos compañeros, Barrios y Segovia, nos tocó el Bouchard, a otros compañeros Cabello, Córdoba y Rodríguez, el Piedra Buena".
El rescatista cuenta que cuando los mandaron a flota, estaban felices después de todo. En su cabeza resonaba la palabra "vamos a la guerra". La experiencia era vivida con alegría porque para eso se había preparado durante tantos años. Pero hasta no haber estado en combate, no le dio relevancia a los hechos y a la crudeza que conllevaba participar en un conflicto bélico.
El 1º de Mayo fue el inicio de la tragedia. El Belgrano entraría en la zona de exclusión británica: doscientas millas que cercaban la isla y que eran el embudo británico. Todo el que las traspasara sería atacado. Desde las órdenes argentinas, el crucero intentaría dar la ofensiva por esa zona. "Nosotros sabíamos que estábamos en lugar de peligro, pero era nuestro deber. Esa noche el Capitán nos llamó a cubierta y nos dijo unas palabras de aliento que hasta el día de hoy no me las olvido: "Ustedes han llegado a la máxima aspiración que tiene un soldado: luchar por la soberanía nacional. A partir de este momento nuestro destino es incierto. Pero nosotros estamos acá para dar la vida por la Patria ". Esa noche todos entonaron, entre llantos y festejos silenciosos, el Himno Nacional Argentino.
"Estamos en guerra"
Recién con la entrada en la zona de exclusión, aquellos soldados argentinos se sintieron en guerra. Era una noche oscura en el sur y las olas llegaban a los siete metros de altura. Muchos de los jóvenes combatientes vomitaban o tenían diarrea debido a los fuertes movimientos de la embarcación, pero el grupo de enfermería trabajaba para mantenerlos en pie. Todo parecía tranquilo en el interior del Bouchard, la embarcación destinada a ser "la custodia" del Belgrano.
Desde el sonar y el radar no se veía ningún movimiento extraño bajo el agua. Pero un submarino británico estaba cerca, acechándolos. "A diferencia de lo que se dice, nosotros entramos a la zona de exclusión; íbamos a atacar. El sonar nuestro detectaba varias millas, pero el Conqueror de ellos tenía mucho más alcance. Entonces podían vernos y nosotros a ellos no"- relata Segura y cuando habla se aferra al libro "1093 tripulantes" de Héctor Bonzo, el capitán del Belgrano que murió el pasado 22 del corriente mes, como protegiendo su propia historia.
Navegaron durante varias horas esperando que llegase la orden de atacar. Pero no llegaba. Unas horas más tarde, cerca del mediodía, el Jefe de Instrucción se acercó para comentarles que saldrían de la zona de peligro. Que finalmente, no realizarían el ataque. El Belgrano encabezaba la vuelta; detrás el Bouchard y el Piedra Buena. Ya fuera del "cerco británico" comenzaron los ataques. A las cuatro menos cinco de la tarde atacaron al Bouchard pero sólo le rompieron el casco. Pocos minutos después, a las cuatro de la tarde, tres torpedos alcanzaron la embarcación con más cantidad de tripulantes.
Pero las olas no dejaban ver mucho. "Estaba todo negro. Los que pudimos, subimos a la cubierta superior. Pasaban horas y no veíamos nada. Un compañero dijo haber notado que lanzaban una luz blanca desde el Belgrano que significa hombre al agua pero en ese momento no logramos darnos cuenta", relata Ramón. Pero por precaución general y por la complejidad del clima, las otras dos embarcaciones decidieron adelantarse un poco y desde allí llamar al Belgrano. Las radios nunca funcionaron. Del otro lado, la línea había sido cortada.
"El rescate"
"El 2 de mayo a la noche, ya casi en la madrugada del 3, decidimos volver. Nosotros no teníamos nada para hacerle frente al Conqueror, pero teníamos que rescatar a nuestros compañeros" . Ramón Segura recuerda los hechos como si hubiesen sido ayer. Su relato de los sucesos, de los rostros de sus compañeros, la descripción del mar es tan detallada que dibuja perfectamente una parte de la historia de nuestro país.
Mientras se iniciaban las tareas de rescate, el comandante del Belgrano decidió dar la orden de abandonar el barco. Para ello se lanzaron setenta balsas auto-inflables, que podían contener veinte hombres cada una. Algunos botes, sin embargo, llevaban más de treinta soldados. El viento se levantaba y el clima empeoraba haciendo crecer más las olas. El Belgrano se dio vuelta y se hundió una hora después de haber sido tocado.
El Bouchard rescató a 79 tripulantes porque tenía un problema con el motor y no podían detenerlo. Casi no levantó muertos. Estos eran rescatados por el Piedra Buena. "Cuando los sacábamos del agua estaban todos llenos de petróleo. Nosotros los bañábamos con agua tibia y les dábamos ropa. Medíamos la cantidad de muertos por el movimiento de la balsa. Si de cerca no se veía una mano moviéndose era porque no habían sobrevivido. Y era así: en donde hubiese pocos tripulantes, la muerte era segura. Pero donde eran muchos no, porque se daban calor", Ramón se emociona y confirma que la necesidad de corroborar si los amigos, los compañeros estaban vivos, era la constante. Todo pasaba muy rápido. El barco no podía estacionarse. Los amigos no llegaban.
Después, las embarcaciones fueron a Ushuaia. A los soldados con heridas de mayor gravedad se los mandó a Capital Federal. Los otros se quedaron en la isla. Luego del reconocimiento de cuerpos, el Bouchard volvió al mar para comenzar con sus tareas de patrullaje en el sur de la Isla de los Estados hasta el mes de julio.
"Malvinas hoy"
"¿Cómo imaginar un después de Malvinas?", Ramón se pregunta mientras señala la dedicatoria que su compañero de guerra, Juan Carlos Heinze, le dejó en un libro: "El destino nos unió en una situación límite de nuestras vidas, hoy nos une una hermosa amistad".
Luego de volver a tierra firme en julio de 1982, Ramón Segura fue trasladado al Hospital Naval de Río Santiago hasta el año 1991 cuando renunció. Después de desarrollar una vasta carrera como enfermero, hoy se desempeña en el Hospital Neuropsi-quiátrico Melchor Romero. "Los verdaderos héroes de Malvinas son los 323 que murieron aquella tarde del 2 de mayo", asegura sin titubear. "Después de la guerra, sin dudas, quedan muchos silencios. Por eso hoy debemos recordarlos. Porque fue el ataque más fuerte que sufrió el ejército Argentino".
Mientras se prepara para asistir al acto oficial, que este sábado tendrá lugar en el Hospital Naval Pedro Mayo en Capital Federal, esboza su deseo para conmemorar la fecha: "Desde chico siento que Las Malvinas son argentinas y yo estoy orgulloso de haber dado esa lucha. Pero tengo el dolor de que son inglesas, de no tenerlas. Entonces, creo que lo mejor que podemos hacer en estas fechas es recordar a los muertos".
Fuente: Diario Democracia, Junín
Re: Crucero C-4 ARA General Belgrano
Me parece que el segundo torpedo impacta más hacia proa...
Gerwalk- Cabo Principal
- Cantidad de envíos : 126
Fecha de inscripción : 11/02/2008
Re: Crucero C-4 ARA General Belgrano
opino igual, ademas perdio la proa a la altura de la torra A
sesamo- Suboficial Mayor
- Cantidad de envíos : 330
Edad : 61
Localización : Ciudad Autonoma de Buenos Aires
Fecha de inscripción : 28/01/2008
Se conmemoró el hundimiento del Belgrano y el bautismo de fuego de la Fuerza Aérea
GESTA DE MALVINAS
Se conmemoró el hundimiento del Belgrano y el bautismo de fuego de la Fuerza Aérea
(02/05/2009) RÍO GRANDE.- Con sendas ceremonias recordatorias, en Río Grande y Ushuaia se conmemoró un nuevo aniversario del hundimiento del crucero general Belgrano durante la Guerra de Malvinas.
En la capital provincial en la tarde de ayer se llevó a cabo en el monumento emplazado en uno de los costados de la Plaza Islas Malvinas, en el que participaron veteranos de guerra, autoridades y personal de las fuerzas armadas, del Ejecutivo Municipal y del Concejo Deliberante.
Al término de la ceremonia, el intendente Federico Sciurano opinó que "es necesario tomar días como el de hoy como días de reflexión, para darnos cuenta cómo se forja la historia de un país, qué se hace con sacrificio y, fundamentalmente, defendiendo la soberanía que es el respeto por nosotros mismos."
"Creo que este es el camino", aseguró y expresó "un especial recordatorio a todos los veteranos de guerra, a los que están hoy con nosotros y los que ya no están."
En tanto, en la ciudad del norte provincial el acto se realizó en el Paseo Crucero ARA General Belgrano y fue presidido por el comandante de la Fuerza de Infantería de Marina Austral, capitán de navío Mario Devincenti; la gobernadora de la provincia Fabiana Ríos y la secretaria de Asuntos Sociales de la Municipalidad, Silvia Rosso. También estuvieron presentes legisladores, concejales, integrantes del Gabinete municipal, autoridades de las fuerzas armadas y de seguridad, integrantes de del Centro de Veteranos de Guerra, sobrevivientes del crucero y vecinos.
Luego de entonar las estrofas del Himno Nacional, un miembro de la fuerza pronunció una alocución referente al hundimiento del crucero y el padre Fabián Alonso realizó una invocación religiosa, tras lo cual se efectuó un toque de silencio.
Al pie del monumento que recuerda a quienes murieron en el hundimiento se depositaron ofrendas florales en nombre del Gobierno de la Provincia; de la Armada Argentina, del Municipio de Río Grande, del Círculo de Oficiales de Mar (COM) y del Centro de Veteranos de Guerra.
Bautismo de Fuego de la Fuerza Aérea
Por otra parte, el 1 de mayo se realizó en el aeropuerto internacional de Río Grande el acto por el 27º aniversario del Bautismo de Fuego de la Fuerza Aérea, con la presencia de la gobernadora Fabiana Ríos.
El homenaje fue encabezado por el jefe del aeropuerto, vicecomodoro Héctor Biasutti; el suboficial mayor (RE) y veterano de guerra Héctor Toranzo; el vicecomodoro Alejandro Argañaraz en representación del jefe de la Región Aérea Sur; el comandante de la Fuerza de Infantería de Marina Austral, capitán de navío Luis Devicenti.
Tras entonar las estrofas del Himno Nacional Argentino, la gobernadora Ríos y el vicecomodoro Biasutti descubrieron una placa que recuerda a los hombres de la Fuerza Aérea que ofrendaron su vida en el Conflicto del Atlántico Sur, así como desde el Ejecutivo Provincial se entregó una ofrenda floral.
La mandataria provincial sostuvo que "la presencia oficial del Gobierno en el acto tiene que ver con el reconocimiento del pueblo de la provincia a los héroes de la Fuerza Aérea que participaron del bautismo de fuego durante la Gesta de Malvinas, en la que cada una de las fuerzas tuvo una participación significativa y relevante". "Así que hoy no podíamos estar ausentes en el reconocimiento a la Fuerza Aérea, que en definitiva representa el reconocimiento a nuestros hombres", concluyó la mandataria.
Fuente: Tiempo Fueguino OnLine
Se conmemoró el hundimiento del Belgrano y el bautismo de fuego de la Fuerza Aérea
(02/05/2009) RÍO GRANDE.- Con sendas ceremonias recordatorias, en Río Grande y Ushuaia se conmemoró un nuevo aniversario del hundimiento del crucero general Belgrano durante la Guerra de Malvinas.
En la capital provincial en la tarde de ayer se llevó a cabo en el monumento emplazado en uno de los costados de la Plaza Islas Malvinas, en el que participaron veteranos de guerra, autoridades y personal de las fuerzas armadas, del Ejecutivo Municipal y del Concejo Deliberante.
Al término de la ceremonia, el intendente Federico Sciurano opinó que "es necesario tomar días como el de hoy como días de reflexión, para darnos cuenta cómo se forja la historia de un país, qué se hace con sacrificio y, fundamentalmente, defendiendo la soberanía que es el respeto por nosotros mismos."
"Creo que este es el camino", aseguró y expresó "un especial recordatorio a todos los veteranos de guerra, a los que están hoy con nosotros y los que ya no están."
En tanto, en la ciudad del norte provincial el acto se realizó en el Paseo Crucero ARA General Belgrano y fue presidido por el comandante de la Fuerza de Infantería de Marina Austral, capitán de navío Mario Devincenti; la gobernadora de la provincia Fabiana Ríos y la secretaria de Asuntos Sociales de la Municipalidad, Silvia Rosso. También estuvieron presentes legisladores, concejales, integrantes del Gabinete municipal, autoridades de las fuerzas armadas y de seguridad, integrantes de del Centro de Veteranos de Guerra, sobrevivientes del crucero y vecinos.
Luego de entonar las estrofas del Himno Nacional, un miembro de la fuerza pronunció una alocución referente al hundimiento del crucero y el padre Fabián Alonso realizó una invocación religiosa, tras lo cual se efectuó un toque de silencio.
Al pie del monumento que recuerda a quienes murieron en el hundimiento se depositaron ofrendas florales en nombre del Gobierno de la Provincia; de la Armada Argentina, del Municipio de Río Grande, del Círculo de Oficiales de Mar (COM) y del Centro de Veteranos de Guerra.
Bautismo de Fuego de la Fuerza Aérea
Por otra parte, el 1 de mayo se realizó en el aeropuerto internacional de Río Grande el acto por el 27º aniversario del Bautismo de Fuego de la Fuerza Aérea, con la presencia de la gobernadora Fabiana Ríos.
El homenaje fue encabezado por el jefe del aeropuerto, vicecomodoro Héctor Biasutti; el suboficial mayor (RE) y veterano de guerra Héctor Toranzo; el vicecomodoro Alejandro Argañaraz en representación del jefe de la Región Aérea Sur; el comandante de la Fuerza de Infantería de Marina Austral, capitán de navío Luis Devicenti.
Tras entonar las estrofas del Himno Nacional Argentino, la gobernadora Ríos y el vicecomodoro Biasutti descubrieron una placa que recuerda a los hombres de la Fuerza Aérea que ofrendaron su vida en el Conflicto del Atlántico Sur, así como desde el Ejecutivo Provincial se entregó una ofrenda floral.
La mandataria provincial sostuvo que "la presencia oficial del Gobierno en el acto tiene que ver con el reconocimiento del pueblo de la provincia a los héroes de la Fuerza Aérea que participaron del bautismo de fuego durante la Gesta de Malvinas, en la que cada una de las fuerzas tuvo una participación significativa y relevante". "Así que hoy no podíamos estar ausentes en el reconocimiento a la Fuerza Aérea, que en definitiva representa el reconocimiento a nuestros hombres", concluyó la mandataria.
Fuente: Tiempo Fueguino OnLine
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