Noticias del Ministerio de Defensa

TORDO222 escribió:Mucho gusto martin: Soy nuevecito en este foro y quisiera aportar algunas ideas respecto al tema de los hemoderivados, los Hospitale Militares, etc. Te diré (con conocimiento de causa) que sería muchisimo más provechoso para las Fuerzas, que en lugar de pergeñar "convenios" totalmente traídos de los pelos, incumplibles en el estado actual del sistema de salud militar, con el único propósito de salir en la fotito, etc que la susodicha ministra, se abocará a ver cual es el estado calamitoso de la mayoría de los HHMM (no hablo tal vez de los ubicados en la Cap Fed),la falta de insumos, la falta de medicamentos básicos y de los otros, el estado terminal de las OOSS (IOSE, en particular),la ausencia absoluta de capacidad operacional (falta de instalaciones fijas y móviles, medios de transporte, personal capacitado convenientemente como paramedicos, etc). Todo el resto de lo que quiera hacer aparecer, le sirve solo a ella y a los 4 monigotes que la rodean siempre en este tipo de "eventos". Terminemos con la hipocresía de un mando politico al cual la Defensa Nacional no le interesa en lo mas minimo. Cordiales Saludos.

Conmemoramos hoy el 26° Aniversario del 1° de mayo de 1982, fecha en la que la Fuerza Aérea Argentina durante la guerra por las Islas Malvinas, tuvo su bautismo de fuego, en ese capítulo dramático de la historia militar de nuestro país.

Hoy recordamos con emoción la valentía que nuestros hombres de armas desplegaron ante una potencia militar integrante de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que disponía de medios y tecnología sustancialmente más avanzados.

La Historia rescata no solo el coraje sino también la destreza que desplegaron nuestros pilotos y combatientes en Malvinas, y coloca su desempeño a resguardo de las lecturas parciales y mezquinas que proliferaron tras la derrota y de las decisiones oportunistas y equivocadas de una conducción política dictatorial e ilegítima.

Desde el momento en que la flota británica fue exitosamente detectada, identificada y permanentemente vigilada por los aviones de transporte B 707 afectados a misiones de exploración lejana el 21 de abril, diez días antes del inicio de las hostilidades, la Fuerza Aérea estableció récords significativos.
Los escuadrones de A-4 Skyhawk, Dagger y Mirage demostraron gran aptitud sobre todo al encarar los ataques a baja altura contra embarcaciones, una de las mayores destrezas de la historia de la aviación moderna. El valor de los pilotos y tripulantes de los Pucará en sus permanentes ataques lanzados desde las mismas Islas y de los aviones Canberra en sus sostenidos bombardeos nocturnos, así como el de los pilotos y tripulantes de la aviación de transporte, manteniendo el puente aéreo sin interrupción después del inicio de las hostilidades y los permanentes vuelos de exploración y reconocimiento a larga distancia para la detección de la flota británica, constituyen ejemplos que nos honran. Además, la excelente actividad de los radaristas, de los artilleros antiaéreos, de los técnicos y los mecánicos suman a un todo que contribuye a forjar la reputación de la que goza desde entonces nuestra arma aérea que junto a la aviación naval, inflingió a la flota británica el que sigue siendo aún el mayor daño en combate que sufrieron desde la Segunda Guerra Mundial.
Hoy, lejos ya de aquel teatro de operaciones, convencidos de que la recuperación de nuestras islas sólo será posible por la vía pacífica y diplomática, el 1° de mayo es una fecha que además del homenaje debe obligarnos a la reflexión porque la guerra arroja enseñanzas.

Malvinas nos enfrentó a los profundos errores de concepción militar que habían imperado durante décadas. En efecto, en primer lugar, nuestro instrumento militar aéreo había sido desarrollado exclusivamente para enfrentar hipotéticos conflictos con nuestros vecinos por una parte, y por otra, para realizar operaciones de contrainsurgencia. Ambos presupuestos eran de muy poca valía para operaciones aéreas sobre el Atlántico Sur en alta mar y contra el poderoso oponente que debimos enfrentar.
Otras de las lecciones aprendidas en la Guerra por las Islas Malvinas fue que a la hora de encarar la defensa territorial argentina contra una agresión externa -misión primaria de las Fuerzas Armadas de acuerdo a la legislación vigente- la superioridad reside en la planificación y el alistamiento de los medios y capacidades humanas.
También ahora sabemos que la falta de organización y funcionamiento de las Fuerzas Armadas sobre la base de criterios y parámetros conjuntos, significó la emergencia de graves falencias funcionales a la hora de las operaciones militares.
El precio a pagar en una guerra es siempre muy elevado y se mide en vidas sacrificadas. En este conflicto 36 oficiales, 14 suboficiales y 5 soldados de la Fuerza Aérea ofrendaron sus vidas generosamente y ésta es solo una parte del daño humano. Con relación a las pérdidas materiales deben contabilizarse 22 Skyhawks, dos Mirages, 11 Daggers y dos Canberras que, sumados a los demás aviones derribados entre ellos un Hércules C-130 de transporte, alcanzaron el 41 por ciento de las aeronaves de combate que entonces tenía el país.
El tributo que les debemos a nuestros muertos es esencial en la construcción de un país a la altura moral de aquellos muchos que se jugaron la vida solidaria y generosamente, convencidos de que el bien que protegían valía aquel supremo sacrificio.

Pero también les debemos una reflexión madura sobre los errores para corregirlos adecuadamente. Las falencias en el desempeño general de las fuerzas armadas como conjunto nos exigen una transformación que reconfigure las bases sobre las cuales se asienta su organización y funcionamiento en la actualidad, fundamentalmente priorizando criterios que hacen a la acción conjunta.

Por eso nuestra gestión se avocó a generar bases institucionales sólidas para el proceso de cambio que se inició con el Dr. Néstor Kirchner y que continúa con la actual conducción de la presidenta Cristina Fernández.

La modernización que encaramos recoge las enseñanzas de Malvinas y nos lleva a reforzar la conducción política de la Defensa y al fortalecimiento del Estado Mayor Conjunto. Las iniciativas que se han desarrollado tienen esa orientación. Entre otras, se concretó la tan postergada reglamentación de la ley de defensa nacional, que permitió organizar de manera efectiva el funcionamiento del sistema asignando roles y competencias precisas al conjunto de organizaciones que lo integran. También se emitió la Directiva de Organización y Funcionamiento de las Fuerzas Armadas (Decreto 1691/06), que determinó criterios concretos para organizar el sistema sobre bases adecuadas y estableció un ciclo de planeamiento de la defensa, que permitirá diseñar una política para el sector sobre bases racionales y con una clara orientación emanada de la conducción política.

Además, continúan fortaleciéndose las nuevas organizaciones que un moderno sistema de defensa requiere. En efecto, el Comando Operacional de las Fuerzas Armadas está asumiendo progresivamente actividades operativas con éxito, y el mismo Estado Mayor Conjunto está avanzando en el reordenamiento de sus estructuras, teniendo presente las competencias y actividades que imponen los nuevos criterios.

Asimismo se está implementando un conjunto de medidas tendientes a perfeccionar, eficientizar y volver más transparente el funcionamiento de la gestión presupuestaria y logística y, en este contexto, se está avanzando en la conformación de una agencia logística de la defensa bajo la órbita del Ministerio, apuntando con ella a constituir un sistema de conducción centralizada que garantice adecuados niveles de normalización en materia de adquisiciones de sistemas y equipos, así como a asegurar mayores grados de eficiencia y transparencia en la gestión de esta compleja actividad.

Por otra parte, continuamos consolidando iniciativas en el ámbito de la formación y la capacitación, para desarrollar más eficientemente las capacidades de las fuerzas armadas. En ese sentido debemos destacar que la Escuela Superior de Guerra Conjunta ha entrado ya en su segundo año de funcionamiento, lo mismo que el curso básico conjunto de aviador militar y, próximamente, se iniciará el curso básico conjunto para pilotos de helicópteros.

Paralelamente estamos avanzando en la recuperación operativa del instrumento militar, en especial la requerida para el cumplimiento eficaz de su misión primaria.

En ese sentido, hemos puesto en marcha varias medidas de orden logístico significativas por su relevancia, en particular para la Fuerza Aérea. En efecto, continuamos con el avance del Plan de Acción Progresivo (PAP) para todo el material aéreo, que se desarrollara en cinco años y que se inició en el 2007, y que este año se destinará un incremento de 202 millones de pesos.

Además, la Fuerza recuperará capacidades de sus talleres y grupos técnicos en las brigadas I, II y IX, así como en las áreas materiales de Río Cuarto y Quilmes y en las áreas logísticas de Córdoba y El Palomar. Cada uno de estos proyectos tiene sus presupuestos aprobados y en ejecución.

Con el esfuerzo que estamos realizando se ha comenzado a revertir lenta pero firmemente el largo proceso de desinversión y desatención de los medios materiales. Esta Fuerza Aérea va a contar este año, con una dotación de aeronaves en servicio significativamente mayor a la de los años anteriores y podrá recuperar con el tiempo capacidades que no debieron haberse perdido y que deben estar al servicio de la Nación.

Debo remarcar también que el total del refuerzo presupuestario para el área de Defensa previsto para este año asciende a 719 millones cuatrocientos mil pesos (719.400.000 pesos). De ese monto, 185 millones se destinarán para mejorar el adiestramiento y 397 millones para la recuperación de materialde las tres fuerzas armadas.

Lo asignado significa un aumento importante del gasto operativo de las fuerzas y en particular un incremento del 54 por ciento para la Fuerza Aérea, con respecto al ejercicio del 2007.

Como consecuencia de la mayor disponibilidad de medios y de adiestramiento, entre mediados de febrero y principios de marzo, la Fuerza Aérea Argentina efectuó dos aero-lanzamientos de carga con aviones C 130 “Hércules”, para abastecer la Base Belgrano II, la más austral que tiene la Argentina en la Antártida,.operación militar que requiere un elevado nivel de preparación.

El Gobierno Nacional impulsa también una ambiciosa iniciativa de recuperación de la capacidad productiva del área material Córdoba (la ex Fábrica Militar de Aviones) a partir de una asociación con países amigos de la región. Este desafío va a demandar además un fuerte compromiso de las instituciones allegadas al quehacer de la industria aeronáutica para contribuir en el proceso de definición e implementación de un proyecto que nos permita volver a contar con una industria eficiente que aporte a traccionar el desarrollo de la Nación.

Finalmente debemos destacar la labor que realiza la Fuerza Aérea como pilar de las misiones de paz de la ONU en las que participa el país, en particular en Haití y Chipre. Sólo en el 2007, los aviadores argentinos realizaron seis vuelos con C-130 Hércules a Puerto Príncipe, llevando provisiones de apoyo a las unidades desplegadas allí. El hospital reubicable de la Fuerza Aérea instalado en aquel país duramente castigado por la miseria y la violencia, prestó atención sanitaria desde el 2004 hasta la fecha a más de 17.000 pacientes, ciudadanos haitianos que no son personal de la Organización de las Naciones Unidas, más allá de las prestaciones que normalmente debe efectuar para el personal desplegado por dicha organización.

Más de un cuarto de siglo ha pasado desde aquel heroico 1° de mayo de 1982. Hoy seguimos, como siempre, reivindicando nuestros derechos soberanos sobre las islas y dispuestos a luchar por vías pacíficas y en el marco de la comunidad internacional. Estamos seguros que ése es el rumbo que, sin claudicaciones y con responsabilidad, nos llevará al éxito en nuestro reclamo. Ése es además el mandato de nuestra Constitución Nacional que en su cláusula Transitoria Primera dice: “La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional. La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes, y conforme a los principios del derecho internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino”

Quienes tenemos responsabilidad ejecutiva en la Argentina actual, entendemos que honrar la herencia de los hombres, -oficiales, suboficiales y soldados conscriptos-, de la Fuerza Aérea y los de las demás fuerzas militares y de seguridad y de los civiles que combatieron en Malvinas, pasa por robustecer nuestras instituciones republicanas y democráticas, avanzando en la modernización de los instrumentos de la Defensa.

Ese es nuestro compromiso irrenunciable y el mejor homenaje a los 649 caídos en la lucha.

Queremos también expresar nuestro emocionado recuerdo a los que en soledad y en el olvido se fueron quitando la vida en estos años.

También nuestro homenaje y agradecimiento a todos los veteranos sobrevivientes que lucharon por nuestra soberanía.

Honor a los que muertos en combate por las Islas Malvinas Argentinas.

¡ Viva la patria !